Cómo criar a un niño mentalmente fuerte

Cómo criar a un niño mentalmente fuerte

Criar a un niño mentalmente fuerte está en manos de sus padres o cuidadores, un niño responde a su entorno, y su cerebro está en constante desarrollo.

El cerebro de un niño pequeño no es solo el cerebro de un adulto en miniatura. Es mucho más que eso. Es un cerebro que nació en construcción y está totalmente conectado con el mundo.

Depende de ti, está en manos de los padres, ayudar a los niños a desarrollarse plenamente. Estar adecuadamente preparados y equipados para el mundo.

Cómo el comportamiento diario de los padres afecta la resiliencia mental de los niños en la infancia

A través de veinte años de programas de investigación, los niños de familias con padres que los apoyan y guían están mejor capacitados para manejar situaciones difíciles o peligrosas. Por el contrario, los niños que son tratados como vulnerables y frágiles por padres sobreprotectores acaban perdiendo la confianza en sí mismos.

Los padres ansiosos también transmiten sus inseguridades y fobias personales a sus hijos, limitándolos con exhortaciones como: “no, sal de ahí”, “esto no es para ti”, “cuidado que es peligroso”, señalando constantemente los peligros.

Reglas para criar niños mentalmente fuertes

Aquí hay siete reglas de oro para los padres que, según CNBC, quieren ayudar a sus hijos a cultivar un cerebro que sea flexible y, por lo tanto, resistente a todos los desafíos, en definitiva, un niño mentalmente fuerte.

1. Habla y léele a tu hijo

Según la investigación, incluso cuando los niños tienen solo unos meses de edad, es posible que aún no entiendan el significado de las palabras, sin embargo, su cerebro les puede dar uso.

Desde entonces, se han sentado las bases para su futura capacidad de aprendizaje. Así que cuantas más palabras escuchen, mejor será el resultado. También tendrán un vocabulario más rico y una excelente comprensión de lectura.

Enseñar a los niños palabras relacionadas con las emociones es una necesidad ineludible. Por ejemplo, tales palabras son triste, feliz, frustrado, etc. Cuanto más saben, más flexibles pueden actuar.

Aplica este consejo procesando los sentimientos de otras personas. Habla sobre las causas de las emociones y cómo pueden afectar a alguien: “¿Ves a este niño triste? Tiene dolor porque se cayó y se golpeó la rodilla. «Está triste y probablemente quiere un abrazo de sus padres«.

2. Explica todo lo que puedas

Puede ser tedioso cuando tu hijo sigue preguntando: «¿Por qué?», pero cada vez que les explicas algo, obtienen algo nuevo y misterioso sobre su mundo y lo dejas claro. Los cerebros funcionan mejor cuando saben cómo predecir algo.

Evita responder preguntas que comiencen con la palabra «porque», por ejemplo: «porque sí, porque yo lo digo».

Los niños que entienden por qué necesitan comportarse de cierta manera pueden regular sus acciones con mayor eficacia.

Si todo lo que saben es: «No tengo que comerme todas las galletas, porque me lo dijeron y me meteré en problemas si lo hago», este razonamiento puede no ayudar cuando los padres no están presentes.

Es mejor si realmente entienden por qué: «No debo comerme todas las galletas porque me dolerá el estómago y mis hermanos se molestarán si no tienen algo dulce para comer porque me lo comí todo». Este razonamiento les ayuda a comprender las consecuencias de sus acciones al mismo tiempo que contribuye al desarrollo de la empatía.

3. La familia en general debe ser apoyo del niño

La mayoría de los padres hablan con sus hijos sobre la importancia de cuidar su cuerpo. Se les dice que se laven los dientes y hagan ejercicio. Pero pocos padres hablan de la importancia de la salud y el desarrollo mental y espiritual. Así que haz que sea una prioridad construir un niño mentalmente fuerte.

También menciona que a veces como padre puedes necesitar ayuda de un especialista. Así como visitamos a un dentista por nuestros dientes, también podemos necesitar un psicoterapeuta que nos ayude cuando estamos pasando por momentos difíciles.

4. Enseña a tus hijos a pensar de forma realista

Cuando tu hijo dice «Nunca entiendo matemáticas», es tentador responder «Por supuesto que lo harás», mi amor. Pero tranquilizar a tus hijos sin enseñarles cómo tranquilizarse a sí mismos no es útil. Cuando tu hijo tenga dudas, hazle ver sus predicciones destructivas y pensamientos negativos, enséñale a pensar de manera diferente.

Muéstrale cómo reconocer pensamientos inútiles y enmarcarlos de una manera más realista. Explícale que nuestros pensamientos no siempre son ciertos y que, a veces, nuestro propio cerebro resulta estar equivocado. Da un ejemplo de tu vida diaria.