Cómo actuar ante un niño manipulador

Comportamiento de un niño manipulador

Con demasiada frecuencia, los consejeros psicológicos en las escuelas, se enfrentan a padres que son incapaces de hacer frente y establecer límites para sus hijos, que a menudo caracterizan como difíciles, desobedientes, reactivos o incluso manipuladores.

¿Cómo es un niño manipulador?

Pero, ¿qué queremos decir cuando decimos que un niño es manipulador y cómo lo tratamos?

A partir de los 15 meses, los niños inconscientemente aplican determinadas conductas (siendo la predominante el llanto) para comunicar sus necesidades y conseguir lo que quieren de sus padres (ej. un abrazo, comida o un juguete).

Especialmente entre las edades de 1,5 y 2 años, el niño consolida su comportamiento manipulador, ya que pasa por una etapa normal de desarrollo psicológico durante la cual se opone a sus padres para desarrollar su propia personalidad única y autónoma.

Entonces, a partir de los 2 años, el niño ahora tiene una influencia clara en los padres y es consciente de ello. Como resultado, los padres suelen escuchar frases características de sus hijos preescolares e incluso adolescentes, tales como:

«No te amo porque no me trajiste el juguete que te pedí». “No eres buena mamá porque no vamos al parque a jugar”

Naturalmente, las frases anteriores a menudo provocan los sentimientos de los padres, causándoles arrepentimiento y culpa, como resultado de lo cual se doblan y les dan a los niños lo que quieren.

La conducta manipuladora, que se potencia a medida que los padres ceden a ella, está relacionada con cuestiones de la vida diaria como el sueño, la alimentación, los bienes materiales, la gestión del ocio, el rendimiento escolar, etc.

¿Cómo manejar el comportamiento manipulador?

Cuando les preguntamos a los padres cómo manejan el comportamiento manipulador de sus hijos, generalmente responden que «lo han intentado todo» describiendo una variedad de comportamientos.

Inicialmente, intentan moldear, reflexionar, o negociar con el niño.

Cuando la actitud anterior no da los resultados esperados, suelen enfadarse con el niño e intentar imponerse de la forma que les parezca, acabando por desistir cuando sube la tensión y se sienten incapaces de gestionar el problema (y bastante culpables) de estar enojados con el niño, pero también de preguntarse qué hicieron mal para que el niño se comporte de esa manera.

¿Cómo manejamos el comportamiento manipulador de un niño?

  1. Eliminamos la culpa que tenemos como padres y no nos culpamos. La mayoría de los padres están fuera de casa durante muchas horas debido a su ritmo acelerado y su vida diaria exigente. Suelen tratar de compensar la falta de tiempo de calidad con sus hijos ofreciéndoles generosamente bienes materiales, potenciando así el comportamiento manipulador de los niños. “Es mi culpa que le doy todo y otra vez no está contento con nada”.
  2. Nunca culpamos a nuestro hijo. Evitamos caracterizar a nuestro hijo como difícil, reactivo, manipulador, etc. El comportamiento de nuestros hijos es un reflejo de nuestro propio comportamiento y su carácter está moldeado por los patrones de interacción que se dan dentro de la familia.
  3. Siempre establecemos límites claros con amor, estabilidad y ternura hacia el niño e insistimos en ellos. Los padres siempre son los que ponen los límites al niño y no al revés – «Él hace lo que quiere conmigo«. Es importante que los padres se mantengan firmes y no cedan ante cada llanto o posible exabrupto de su hijo.
  4. Ignoramos sistemáticamente los comportamientos negativos del niño (por ejemplo, el llanto) y reforzamos los que queremos lograr.
  5. Finalmente, es relevante no retrasar la crianza del niño. Recuerda que cuanto antes comience la correcta demarcación de nuestro hijo, más fluida será su adaptación al contexto escolar y social.

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