Capacidad mental | ¿Es necesario desaprender para hacer espacio a los nuevos conocimientos?

La capacidad mental

Nuestra capacidad mental nos permite desaprender, que no es más que reprogramarnos para enfrentar nuevos paradigmas y necesidades. Y así, aumentar nuestro bienestar.

La capacidad mental humana no es como el volumen de un sólido geométrico, fija y predeterminada. Más bien es una característica perfectamente expandible. Pero, para poder asimilar la nueva información es necesario hacer un poco de limpieza y mantenimiento mental. Eso significa que necesitamos crear nuevos espacios y para ello, debemos ser capaces de desaprender. Porque la cantidad de datos que manejamos en la actualidad excede por amplio margen a los números que solíamos procesar.

Y más que un problema de volumen se trata de obsolescencia y cambios de paradigma. ¿Qué significa esto? Los conocimientos son actualizados a unas velocidades alucinantes; así, lo que aprendemos hoy, mañana pudiera ser falso. Esto nos obliga a gestionar el aprendizaje de una manera dinámica y continúa, sin dogmas ni suposiciones preestablecidas. Y ese es el famoso desaprendizaje, que no es un concepto opuesto al anterior, aunque podría parecerlo.   

Desaprender no es borrar el conocimiento, el cerebro no es un disco duro que pueda ser reformateado. No existe un botón que elimine aquello que no nos gusta o que ya no necesitamos. Más bien se trata de replantearnos la información desde distintos ángulos, reenfocarnos y establecer nuevos puntos de vista. Para ello, debemos ser flexibles y críticos hacía lo que ya sabíamos, incorporando con agilidad las nuevas opciones.    

Características de quienes expanden su capacidad mental

Desaprender es un proceso que exige esfuerzo, no es automático ni funciona para quienes no estén alertas ante las innovaciones. Los desaprendedores, por el contrario, tienen una mente abierta hacia lo novedoso y están dispuestos a postergar la recompensa. Son disciplinados, pacientes y se mantienen a la expectativa, sin dar nada por sentado. En consecuencia, su futuro se reescribe todo el tiempo, siempre con mejores opciones y oportunidades.

El desaprendedor valora más el proceso que el resultado, recorrer el camino que llegar al destino. Y si en el ínterin se equivoca o encuentra algo que le hace ruido, está dispuesto a retroceder y a analizar la situación. Es generoso en sus relaciones con los demás y por lo mismo, está dispuesto a ser instruido por cualquiera, en todo momento. No es prejuicioso, tiene una amplia tolerancia hacia los errores y está dispuesto a aprender de los mismos.       

La teoría de la neurogénesis, planteada por Joseph Altman, probó que no poseemos un cierto número limitado de neuronas. Lo cierto es que si hay un proceso de reposición de las mismas, que dura desde que nacemos hasta que morimos. En los adultos, esta capacidad es esencial para el aprendizaje. Así, gracias al fenómeno llamado neuroplasticidad, las nuevas neuronas establecen conexiones efectivas con las existentes. Esto mejora la capacidad de adquirir nuevos conocimientos y de reorganizar los anteriores.

¿Cómo enriquece el desaprendizaje la capacidad mental?

Desaprender es un proceso relacionado con el crecimiento, el enriquecimiento y la creatividad. Etapas que no solo se asocian con el individuo, sino también con las empresas y las organizaciones. Por tanto, ante el caudal de conocimientos que poseemos debemos plantearnos las siguientes preguntas:

¿Qué debemos eliminar de lo conocido?

Necesitamos quitar aquellas expresiones que hieren, las emociones negativas y todo lo que, en vez de ayudar, perjudica. Así como, aquello que nos mantiene anclados en el pasado, nos des energiza y nos agota. Debemos suavizar recuerdos y viejas experiencias que alguna vez nos traumatizaron y que, en el presente, nos paralizan. Esas heridas emocionales son un peso muerto que limita nuestra capacidad de movimiento.

¿Qué debemos añadir?

El espacio no puede quedar vacío, así que tenemos que ocuparlo con palabras positivas, que cuidan y nutren. Debemos llenarlo con humildad, buena actitud y honestidad, con todo aquello que nos ayuda a crecer. Y también, es necesario que incorporemos nuevas emociones y sentimientos; así como, otras experiencias, que dejen una huella diferente y mejor. Sumemos nuevos sueños y aspiraciones, que nos hagan más fuertes y valientes.

¿Qué debe permanecer?

Debemos quedarnos con todo lo que nos ayude a crecer, a ser mejores personas, a ser más felices. Desaprender no se trata de echar todo por la borda, sino de extender el conocimiento. Nuestro bagaje cultural debe ampliarse con temas renovados o de mayor trascendencia para nuestras vidas. Y necesitamos considerar el valor del liderazgo, al igual que las siguientes máximas:

  • El fracaso puede ser un elemento motivador.
  • El éxito no es el fin del camino.
  • El esfuerzo no puede faltar en ningún momento.
  • Saber escuchar es fundamental.
  • La humildad ante el conocimiento propio o la ignorancia ajena es una cualidad vital.
  • La comunicación efectiva es imprescindible.

Por último, ampliar nuestra capacidad mental implica cuestionarnos nuestras conductas y experiencias pasadas, temores y expectativas. Desaprender lo que nos paraliza e incorporar nuevos conocimientos que nos ayuden a ser mejores y más felices. Pero, cuidado con los principios y valores, esos no se tocan.

Las creencias y formación recibida en el hogar es el fundamento de nuestra existencia; y, por ende, no se abandonan por ninguna causa. Abramos nuestras mentes para poder ver el presente como una gran oportunidad, en lugar de considerarlo una amenaza.