Las agresiones encubiertas, esas pequeñas, pero ruidosas actitudes que pueden entorpecer el desarrollo sano de las relaciones de pareja, están presentes aunque muchas veces no sean del todo consideradas como algo tóxico para la pareja.
Las escuelas no te enseñan cómo no arruinar la relación con tu pareja. Por supuesto, se nos enseña el lado biológico del sexo y la diferencia de género, los aspectos legales del matrimonio, y tal vez en la clase de literatura leamos un par de historias de amor más oscuras del siglo XIX sobre el tema de «cómo ser o no ser» y etc.
Pero cuando se trata de lidiar con una relación de pareja en la vida real, ya no tenemos absolutamente ninguna indicación sobre por dónde ir y qué hacer. Y aunque muchos puedan tratar de darnos unos consejos, sabemos que nosotros debemos aprender a dirigir nuestra propia vida.
Agresiones encubiertas en una relación de pareja
A pesar del amor, de las buenas intenciones y de las muchas experiencias vividas junto a alguien, cuando no sabemos expresarnos, manejar y administrar nuestras propias emociones, podemos caer en pequeños ataques, agresiones encubiertas que pueden socavar la relación, hasta hundirla por completo.
Pasar factura de forma constante
El fenómeno de «pasar factura» se caracteriza por el hecho de que tu pareja continúa culpándote una y otra vez por errores pasados en tu relación. Si ambos cónyuges lo hacen, entonces esto da como resultado la llamada «boleta de calificaciones», en cuyo campo se desarrolla una batalla sobre el tema «quién la regó más en los últimos meses o años», y, basándose en esto, automáticamente le debe más al otro.
Supongamos que alguna mala actitud por parte de tu persona le arruinó la fiesta de cumpleaños a tu pareja, hace ya un año, pero ella no deja de pensar en ello, sin que pase una semana sin que te lo recuerde.
El reprochar contantemente en una relación evoluciona y se hace más grande con el tiempo, porque uno o ambos cónyuges usan los errores pasados para tratar de justificar su rectitud actual. Y aquí se estropea aún más todo. No solo estarás desviando la vista del problema existente, sino que también estás atrayendo y acumulando más culpa y resentimiento del pasado, lo que hace que tu pareja se sienta mal por el presente.
Y a la larga, esto lleva al hecho de que, en lugar de resolver el problema inmediato, ambos gastan toda su energía tratando de demostrar que él o ella merece mucha menos culpa que el otro. Las personas pasan todo su tiempo tratando de ser menos «malas» unas para otras, en lugar de ser más adecuadas las unas para las otras.
Las agresiones pasivas de las indirectas
En lugar de declarar abierta y francamente lo que se quiere o lo que se está pensando, uno de los cónyuges está tratando de enviar mensajes indirectos, con gestos, frases o planteamientos indirectos para que el otro adivine por qué está comportándose así. Y en lugar de decir lo que le molesta, elige formas pequeñas y, a primera vista, inocentes de molestar a su pareja, para que luego pueda quejar y decirlo —lo que no dijo claramente y por las buenas— de las peores maneras.
Este tipo de agresiones encubiertas es muy tóxica para una relación, porque muestra lo incómodo que es para ambos comunicarse de manera honesta y abierta.
Una persona no siente la necesidad de una agresión pasiva si puede expresar con seguridad su ira y sus miedos en una relación. Nunca tendremos el impulso de dejar caer una «indirecta» si no tenemos miedo de la condena y la crítica en nuestro discurso.
Para mejorar esto necesitamos expresar nuestros sentimientos y deseos abiertamente. Y no olvides hacerle saber a tu pareja que no es responsable de ellos y que no tiene que correr inmediatamente para ejecutarlos, pero estarías agradecido por el apoyo. Y si eres amado, casi siempre tendrás la oportunidad de recibir ese apoyo necesario.
Amenazas con terminar la relación
Cuando uno de los cónyuges, por un poco de insatisfacción o queja, comienza a amenazar al otro con la destrucción de la relación.
No necesariamente se lo dice textual, ya que cuando se está siendo agresivo de forma encubierta, en determinadas situaciones, en vez de mencionar que algo en ese momento no está bien, no lo ves bien, o no le parece correcto, se usan expresiones como «siempre haces esto», «ya no puede estar con alguien que es así», «creo que necesitamos pensar mejor nuestro compromiso», etc.
Esto es una forma de chantaje emocional y genera dramas innecesarios. Cualquier inconveniente mínimo en una relación se percibe como una amenaza de ruptura.
Es increíblemente importante que ambas personas en una relación sepan que pueden expresarse mutuamente sus pensamientos y sentimientos negativos con total seguridad, y esto no amenazará la relación. De lo contrario, las personas reprimirán sus verdaderos pensamientos y sentimientos, y esto, a su vez, conducirá a una atmósfera llena de desconfianza y manipulación.
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