4 verdades sobre el matrimonio que deberías aprender cuanto antes

Principios del matrimonio feliz

¿Cuáles son los principios básicos para construir un matrimonio fuerte y duradero? Tratar de identificar los fundamentos «básicos» de algo requiere profundiza y descubrir aquellas cosas que no pueden, o no deben, ser ignoradas sobre la unión de dos personas.

Existen algunas verdades fundamentales que todas las parejas deberían tener en cuenta si quieren tener un matrimonio realmente fructífero.

Verdades sobre el matrimonio que deberías saber

La investigación realizada por psicólogos simplemente confirma lo que sus abuelos ya sabían y daban por sentado. A continuación puedes conocer cinco verdades sobre el matrimonio que cada pareja debe tener en cuenta.

1. Tu pareja no es perfecta. ¿Y qué? 

Los grandes matrimonios no se hacen teniendo la esposa o el esposo perfecto. Si ese fuera el caso, no habría grandes matrimonios.

En cambio, los matrimonios se hacen cuando dos personas son razonablemente compatibles, cuando cada uno busca el bien en el otro y cuando hay apoyo mutuo, perdón y respeto.

Nadie encuentra al cónyuge perfecto, todos tenemos nuestros defectos. Morar en las imperfecciones de nuestra pareja envenena la relación, aprende a dejar ir las cosas pequeñas. Si debes enfocarte en algo, elige enfocarte en las buenas cualidades de tu pareja.

2. Tu pareja no puede completar tu vida

Muchas parejas jóvenes tienen la expectativa poco realista de que la relación conyugal actuará para «completar» o «reparar» las partes rotas de su vida. Hasta cierto punto, esto ocurre, pero no de una manera radical como se piensa.

Si te sumerges en el metrimonio creyendo que esta maravillosa persona con la que te casaste será tu mejor amigo, consejero, entrenador motivador, padre sustituto o figura materna, etc., te sentirás decepcionado. El resentimiento eventualmente echará raíces. Y obviamente esto solo puede traer infelicidad.

La pareja no suple el papel que pueden tener otras personas en nuestra vida; las parejas que funcionan bien no dejan sus otras relaciones, tanto familiares, de amigos y laborales sepulatadas, sino que entre todas suman para mejora rla calidad de vida.

No es saludbale, a nivel emocional, esperar que nuestra pareja pueda satisfacer todas nuestras necesidades, y esto incluso puede ser motivo de que la relación se vuelva dependiente, exista dependencia emocional e incluso demandas que desgastan y crean conflictos.

3. Recibes lo que das

Como ocurre en general en la vida, sacas de tu matrimonio lo que pones en él. Si inviertes tiempo, pensamientos y energía en desarrollar una relación más sólida y saludable, es probable que seas recompensado con una relación de mayor calidad.

Eso no es una garantía, sino un principio (de la misma manera que si haces ejercicio y comes bien, es probable que estés más saludable y vivas más tiempo que si nunca haces ejercicio o comes adecuadamente).

Para que en la relación ambos inviertan y sean ambos los recompensados, es necesario tener buena comunicación, de esta manera se liman asperezas y cada uno podrá saber hacia dónde enfocar mejor la energía para mejorar aún más la relación.

4. El amor es un verbo, no un sustantivo

 La mayoría de las personas informan que una de las razones importantes por las que eligieron formar una pareja fue que estaban enamorados de su cónyuge. Tenían sentimientos profundos de afecto, admiración y afecto el uno por el otro.

Los sentimientos, sin embargo, aumentarán y disminuirán. Habrá momentos en un matrimonio en que estos sentimientos sean muy débiles o que falten por completo. Algunos hombres y mujeres, frente a estos sentimientos debilitados, preguntarán: «¿Por qué debería seguir casado si ya no quiero a mi pareja?»

Alguien que tenga esta visión del amor puede muy bien terminar con matrimonios múltiples. Los sentimientos son cosas inconstantes; no bases tu matrimonio en el inestable fundamento de los sentimientos.

Reconoce, en cambio, que el amor implica más que sentimientos. En el fondo, el amor es un compromiso de hacer lo mejor para uno mismo y para el otro, y ese compromiso debe expresarse en acciones diarias que apoyen, afirmen y respeten.

Cuando este enfoque se adopta de manera consistente, los sentimientos de amor que a veces se desvanecen, eventualmente regresarán, madurarán y se enraizarán más profundamente en la relación.