La soledad no siempre es buena compañía. A algunos de nosotros nos asusta, incluso si eso significa constantemente rodearse de gente para no enfrentarnos a ella. Pero nunca estar solo también es olvidarse de uno mismo. He aquí algunos consejos para vivir mejor la soledad y hacer de ella un aliado que nos puede enseñar a amarnos y amar a los demás.
La importancia de estar solo a veces
Estar solo es conocer nuestra verdadera persona interior. Codificar todos nuestros miedos y deseos, para domarlos mejor. Muchas personas tienen miedo de estar solas y se rodean de gente a toda costa, a veces en detrimento de su bienestar.
El miedo a la soledad es muy común entre nosotros y en ocasiones nos hace tomar malas decisiones. En primer lugar, ¿por qué no reconocer que este miedo está anclado en nosotros y tratar de trabajarlo?
Se le pueden atribuir muchos beneficios a la soledad. Al estar cómodos estando solos podemos respirar y ser nosotros mismos, sin preocuparnos por lo que los demás piensen y sin juicios. En la sociedad, tendemos a interpretar un papel que no necesariamente se parece a nosotros, incluso estando con las personas más cercanas. Estar en soledad es enfrentarse sólo al propio juicio, lo cual también puede enseñarnos a domarlo y controlarlo mejor.
¿Cómo aislarte del mundo?
La manera más sencilla de lograr esto en el mundo actual es separarse por completo de las redes sociales y de tu teléfono. Aunque a veces nos aportan cosas positivas, muy a menudo provocan estrés y ansiedad. Para encontrar la tranquilidad, es mejor aislarse de esta fuente de angustia.
Estar solo es ante todo encontrarse en un lugar sin personas y ser materialmente justo consigo mismo. Ya sea viviendo solo o encontrando oportunidades para tener tiempo para uno mismo sin nadie. Pide educadamente a tu familia o a tu pareja que se retiren un momento y explícales que quieres un poco de calma. Y si eso no es posible, ¿por qué no salir tú mismo? Ir un día a visitar una gran ciudad te permite llenarte de aire fresco y puede hacer mucho bien. Los más aventureros pueden incluso consentirse y dedicar un fin de semana entero para ellos, alquilar una cabaña en algún sitio y simplemente disfrutar de su propia compañía.
Es hora de pensar solo en ti
Solamente haz cosas por ti mismo que te hagan sentir bien. Olvídate de los problemas cotidianos, desconéctate y haz cosas positivas por ti mismo. Date un baño y mima tu cuerpo y alma, dedícate a realizar tus pasatiempos favoritos.
Encuentra libros que se adapten a tus gustos, deambula y explora lugares que nunca te tomas el tiempo de ver, o quédate en una cama cómoda y relájate. Por fin ve todas estas películas o series que se han quedado esperando en tu lista de “para ver” y apacigua tu curiosidad y tu sed de cultura.
Crea rituales
Si la idea de estar solo todavía te asusta, crea una rutina de bienestar para asegurarte de pasar un buen rato. Las rutinas son excelentes para evitar la ansiedad, así que haz una lista de tus momentos y actividades favoritos del día y cúmplalos. Prepara tu almuerzo favorito, mira tu película favorita, ve a los lugares que más te gustan, en definitiva, ¡date un capricho!
Tener rutinas reconfortantes inicialmente nos permite tranquilizarnos, pero también nos permitirá probar cosas nuevas.
Conociéndonos de nuevo
Como se mencionó anteriormente, es importante tomarse un tiempo para reconectar con uno mismo y con sus emociones. Debemos hacernos las preguntas correctas sobre nuestros pensamientos y nuestras elecciones y poder avanzar mejor. Nuestras elecciones pueden ser fácilmente dictadas por quienes nos rodean, y sin que nos demos cuenta, de pronto ya no hacemos las cosas para nosotros, sino para los demás. Si no prestamos atención, podríamos encontrarnos en unos años con opciones de vida que nos hagan infelices.
Un buen ejercicio sería despejar tu cabeza escribiendo todos tus pensamientos en un cuaderno. Es simple y creativo y escribir en papel nuestros momentos de felicidad, nuestros miedos y nuestras preocupaciones puede ser vital para mejorar nuestras vidas. A menudo se dice que escribir hace que sea más fácil pasar a la siguiente página.
Y a veces, escribir casualmente sobre tu día puede hacerte abrir los ojos a algunas de las cosas que te ocultabas de ti mismo sin darte cuenta. A veces puede que algo nos esté carcomiendo, pero la vida cotidiana y la rutina no siempre nos dan tiempo para centrarnos en nuestras emociones. Así que toma un bolígrafo y escribe para ti y para nadie más.
Alcanza tus objetivos
Si te sientes motivado, puede que sea el momento de esforzarte por alcanzar algunas metas que te hayas propuesto. Puedes anotar tu lista de objetivos en un cuaderno, en tu computadora laptop o en la esquina de tu cabeza, pero ahora mismo es el momento de anotarla. Pueden ser deseos simples como conocer un lugar nuevo, probar una receta nueva o terminar un libro. Pero también pueden ser sueños más grandes, como escribir un libro, viajar, o ser artista.
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