Niño enojado: Escúchalo… ¡Tiene mucho que contarte!

Un niño enojado

La ira a veces actúa como un «espejo» del entorno. Esto se debe a que la mayoría de las veces los niños “absorben” como una esponja las emociones que reciben. Según el Análisis Conductual Aplicado, el entorno (social) interactúa con la persona, influyendo en su comportamiento. Esto significa que cuando la ira prevalece en el hogar con sus padres, o en el entorno en el que los niños pasan la mayor parte del tiempo, entonces se sienten abrumados o se comunican a través de la ira.

Los niños imitan y reproducen el modelo familiar

En otros casos, los niños imitan y reproducen (teoría del aprendizaje social) el modelo de comportamiento de sus padres. La ira innecesaria de los padres puede provenir, del trabajo o de algún factor externo, y no necesariamente del niño. Esto da como resultado que el niño experimente rechazo, frustración e injusticia.

Para que el niño se sienta más fuerte y equilibre el sentimiento de injusticia, es muy probable que descargue su ira en alguien más vulnerable, generalmente su hermano menor. Si los padres están tranquilos, entonces puede haber tensión en el ambiente escolar, que el niño desahogará en casa.

Usa la agresión para poder tener control

La conducta agresiva se mantiene cuando la persona ha aprendido que solo de forma extrema consigue lo que quiere. La repetición del comportamiento agresivo refuerza la idea errónea de que agresión significa dominación, control y poder.

En resumen, el niño pasa de víctima a perpetrador. Los padres, por otro lado, como resultado ignoran los elementos positivos del niño, siempre enfatizando los negativos, lo que lleva a la profecía autocumplida, sin escuchar realmente lo que dice su hijo.

En estos casos, el castigo no traerá los resultados deseados

En cambio, aumentará los sentimientos de rechazo del niño. Papá y mamá no me aman, sin ayudar al niño a procesar por qué está mal estar enojado en lo más mínimo. El miedo al castigo no ayudará al niño a corregir conscientemente el mal comportamiento y se abrirá un círculo vicioso, interminable, de descargo y de responsabilidad.

Otras veces la ira es una manifestación para llamar la atención

La ira también puede actuar como un medio para llamar la atención por parte del niño. Cuando los padres son indiferentes o no pasan tiempo con el niño, entonces este puede adoptar la táctica de la ira, para monopolizar el interés de los padres.

Ejemplo típico, cuando un niño expresa arrebatos de ira, cada vez que papá o mamá se preparan para ir a trabajar. Por supuesto, esto no significa que el padre que lo enfrenta deba dejar de trabajar, pero lo que puede hacer es aliviar la inseguridad del niño.

En formas extremas con frecuencia intensa e intensidad superior a seis meses, el padre debe visitar a un psicólogo especialista con Maestría en Análisis Aplicado de la Conducta para saber si existe algún trastorno. Por lo general, no es correcto aconsejar sobre el tratamiento, ya que cada caso es diferente y lo que hace el experto es primero un análisis del comportamiento, luego una evaluación de los factores que lo provocan y luego modificarlo de la manera deseada.

Lo más importante es la correcta comunicación con el niño, incluso cuando se trata de una escucha activa… En definitiva, prestemos atención a lo que el niño nos dice cada vez, con sus palabras y con su cuerpo Y lenguaje.

Una adecuada comunicación, comprensión y expresión de amor es fundamental por parte de los padres, además del programa de tratamiento que pueda aplicar el especialista.