Mejores frases de Julio Cortazar

Breve biografía de Julio Cortázar, escritor argentino y autor del libro «Rayuela», una de las novelas más comentadas de la literatura hispanohablante, entre diversos libros que han dejado una huella imborrable en la literatura universal y el comienzo de movimientos literarios diversos.

Breve biografía de Julio Cortázar

Nacido el 26 de agosto de 1914 en Ixelles, suburbio de Bruselas donde trabajaba su padre, Julio Florencio Cortázar Descotte, conocido como Julio Cortázar, creció en Argentina en Buenos Aires, al final de la Primera Guerra Mundial. Víctima habitual de enfermedades, el joven Julio ocupa su convalecencia leyendo libros de Julio Verne.

Alumno de la Facultad de Letras y Filosofía, imparte clases de secundaria en varias localidades de provincia. En 1932, leer “Opium” de Jean Cocteau sonó como una revelación: el descubrimiento del surrealismo. Una vez poeta bajo el seudónimo de Julio Denis, se convirtió en profesor de literatura francesa durante la Segunda Guerra Mundial.

Se exilió en Francia en 1951 y asumió la profesión de traductor para la UNESCO. En la cima de su arte, Julio Cortázar publicó una novela excepcional en 1963: «Rayuela». Obra central de la corriente surrealista latinoamericana, el libro que narra la vida de un argentino en París presenta la característica de poder ser leído ya sea de forma lineal, o partiendo del capítulo 73, respetando luego las instrucciones dadas por el autor.

Enamorado de su país anfitrión, Julio Cortázar obtuvo la nacionalidad francesa en 1981. Padeciendo de leucemia, el escritor falleció en París el 12 de febrero de 1984, a la edad de 69 años.

Frases de Julio Cortázar

Dentro de la literatura de Julio Cortázar podemos obtener reflexiones y rescatar frases para ilustrar su visión diferente dentro de la literatura, tengo presente que no se podrá dibujar la magnitud de este maestro en un simple artículo, por ello, además de mostrar algunos de sus destacados literales, quedan invitados a recorrer ustedes mismos por su literatura, de la mano de don Julio.

1. «Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose«.

2. «Andábamos despacio, demorando el encuentro».

3. «Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte

4. “Entre el Ying y el Yang, ¿cuántos eones? Del sí al no, ¿cuántos quizá?”. Todo es escritura, todo es fábula».

5. «En algún lugar debe haber un basural donde están amontonadas las explicaciones».

6. «Siempre he sabido que las grandes sorpresas nos esperan allí donde hayamos aprendido por fin a no sorprendernos de nada».

7. «Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar».

8. «Hasta lo inesperado acaba en costumbre cuando se ha aprendido a soportar».

9. «También en el ajedrez y en el amor hay esos instantes en que la niebla se triza y es entonces que se cumplen las jugadas o los actos que un segundo antes hubieran sido inconcebibles».

10. «Le escribo a esa mujer que respira bajo tantas máscaras, incluso la que yo le inventé para no ofenderla.»

11. «Una vez más el sentimiento de no recorrer un pueblo, sino de ser recorrida por él, los adoquines de la calzada resbalando hacia atrás como en una cinta móvil, ese estar ahí mientras las cosas fluyen y se pierden a la espalda, una vida o un pueblo anónimo.»

12. «Nunca en mi vida sentí lo que siento ahora; no es odio ni dolor solos, es una mezcla, y a la vez viene con (créanme) compasión y pena y no entiendo nada, bueno, peor que eso, no entiendo a secas.»

13. «Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo…»

14. “¿Quién está dispuesto a desplazarse, a desaforarse, a descentrarse, a descubrirse?”.

15. “La felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad”.