Algunos estudiantes están a punto de graduarse de la preparatoria e ingresar a la universidad y, como muchos, han recibido varios vistos buenos de unos lugares y aún están esperando la preciada carta de aceptación de otros.
Pero su esperanza es que puedan entrar a la universidad «correcta», aquella que tiene todos los parámetros educativos y sociales que desean. Mientras tanto, la ansiedad los visita diariamente con la frase «¿Qué tal sí?».
Otros han estado en un matrimonio disfuncional durante mucho tiempo. Expresan frustración y una sensación de impotencia acerca de sus situaciones. Y simplemente esperan, con una sensación de fatiga emocional, que las cosas mejoren en algún punto
Y otros más están empezando nuevos trabajos y están preocupadas por hacer el movimiento correcto. La expresión de la esperanza tiene lugar cuando no está presente el tan común «esperar lo inevitable», que lamentablemente es algo que han experimentado muchas veces a lo largo de sus vidas.
La esperanza como motor para conseguir nuestros objetivos
Lo que todas estas personas tienen en común es que desean un resultado específico, un «feliz para siempre», incluso si ninguno de ellos está programado para creer en uno. La vida les ha dicho que es probable que no cumplan sus objetivos.
Pero tan solo tienen que recordar aquellas semillas que han plantado a lo largo de los años y que han crecido considerablemente. Esas semillas tuvieron que ser regadas con esperanza, y tuvieron que crecer de ella.
Es mejor considerar las posibilidades en lugar de los peligros. En lugar de decir «¿y si no entro en la universidad que es mi primera opción?» mejor preguntarse «¿y si entro en la universidad ideal para tener las experiencias correctas?» o ‘¿y si encuentro una solución para mi matrimonio infeliz?’ o ‘¿y si tengo éxito en mi nuevo trabajo?’
Lo que estas tres descripciones tienen en común es una perspectiva general: «Esto, o algo mejor, para bien de todos los interesados». Lo cual recuerda la imagen de una persona parada en la orilla del agua con una caña de pescar, lanzando el hilo de su caña hacia las olas.
Cómo la esperanza junto a la acción pueden llevar al éxito
Es posible que no sepan qué hay ahí fuera, esperando a morder el anzuelo, pero esperan que sea algo bueno. Hay momentos en que se van con las manos vacías y momentos en que disfrutan de la recompensa. Ambas experiencias pueden llevarlos a un mayor éxito.
- La esperanza refleja la calidad de vida, no necesariamente la cantidad de días.
- La esperanza nos dice que existe un futuro más brillante en el horizonte.
- La esperanza nos permite saber que nuestra imaginación se puede utilizar para crear la vida de nuestros sueños y deseos.
- La esperanza nos permite reescribir la narrativa, y existe como el borrador con el que podemos eliminar viejas creencias.
- La esperanza no es una ilusión o un pensamiento mágico o milagroso.
Como ya se ha mencionado en este artículo, la esperanza es un motor fundamental para seguir optimistas nuestras metas, pero sin la acción no es posible que se ejecuten nuestras visiones, por ende, ambas deben complementarse con una mente abierta.
