La brutal verdad detrás de las selfies, el narcisismo y la baja autoestima

¿Te has preguntado alguna vez por qué algunas personas publican constantemente fotos de sí mismas en las redes sociales? ¿Qué buscan con eso? ¿Qué efectos tiene en su salud mental y en la de los demás?

Trataremos de dar una explicación sobre lo que ocurre, a nivel general, para revelar la brutal verdad detrás de las selfies, el narcisismo y la baja autoestima.

Las selfies son autorretratos que se toman con un teléfono móvil o una cámara digital y que se comparten en internet. Según un estudio de Google, se suben más de 93 millones de selfies al día a las plataformas digitales.

Algunas personas lo hacen por diversión, por expresarse o por comunicarse con sus amigos. Pero otras lo hacen por motivos más oscuros y peligrosos.

El narcisismo es un trastorno de la personalidad que se caracteriza por una exagerada admiración por uno mismo, una falta de empatía hacia los demás y una necesidad constante de atención y admiración.

Los narcisistas se creen superiores a los demás, se sienten con derecho a todo y manipulan a las personas para conseguir lo que quieren. Los narcisistas usan las selfies como una forma de alimentar su ego, de mostrar su supuesta perfección y de recibir halagos y validación de los demás.

La baja autoestima es un sentimiento negativo sobre uno mismo, una falta de confianza y de valoración personal.

Las personas con baja autoestima se sienten inferiores a los demás, se critican duramente y tienen miedo al rechazo y al fracaso. Las personas con baja autoestima usan las selfies como una forma de escapar de su realidad, de ocultar sus defectos y de compararse con los demás.

Las selfies pueden tener consecuencias negativas tanto para los que las publican como para los que las ven. Por un lado, las selfies pueden generar adicción, ansiedad, depresión, aislamiento social y trastornos alimentarios.

Por otro lado, las selfies pueden provocar envidia, celos, resentimiento, frustración y hostilidad. Las selfies crean una ilusión de felicidad y éxito que no se corresponde con la realidad y que puede hacer sentir mal a los que no la alcanzan.

El lado oculto de las selfies: explorando la adicción y el narcisismo en la era digital

En la actual era de las redes sociales, las selfies se han convertido en un medio popular de autoexpresión. Sin embargo, detrás de esta tendencia aparentemente inofensiva y divertida, subyace un mundo psicológicamente complejo. Desde la perspectiva de la psicología, es esencial analizar cómo la adicción a las selfies y el narcisismo están arraigados en la búsqueda de validación y la autoimagen.

Narcisismo y la Búsqueda de Validación: Las selfies pueden ser interpretadas como una manifestación del narcisismo, caracterizado por una necesidad constante de aprobación y admiración. El acto de compartir imágenes personales en línea refleja la búsqueda de validación externa, influyendo en la autoestima y la identidad de uno.

No obstante, cuando esta búsqueda de aprobación se convierte en una obsesión, puede revelar una inseguridad profunda y una dependencia excesiva de la percepción ajena.

La Dopamina y su Rol en la Adicción: La adicción a las selfies puede relacionarse con la liberación de dopamina en el cerebro. Cada «me gusta», comentario o interacción en las redes sociales activa una respuesta de recompensa en el cerebro, lo que puede conducir a un ciclo de comportamiento adictivo.

Esta búsqueda incesante de satisfacción puede ser problemática cuando se convierte en la principal fuente de gratificación, afectando la percepción de uno mismo y el bienestar emocional.

Desafíos de la identidad digital y conexiones superficiales en el mundo de las selfies

Comparación Social y Brechas de Autoestima: Las selfies pueden alimentar la comparación constante con otros en las redes sociales, lo que puede generar sentimientos de envidia y baja autoestima.

La apariencia cuidadosamente curada y editada de las imágenes compartidas puede desencadenar una búsqueda incesante de perfección personal, lo que a menudo es inalcanzable. Este ciclo puede resultar en una autoimagen distorsionada y una relación negativa con la propia apariencia.

Identidad Digital y Realidad Alterada: El mundo de las selfies puede fomentar la creación de una «identidad digital» idealizada, que a menudo difiere de la identidad real.

Esta desconexión entre la imagen proyectada en línea y la realidad puede llevar a una búsqueda perpetua de mantener esa imagen perfecta. A medida que esta brecha aumenta, también lo hace la presión por mantener la fachada digital, lo que puede alimentar la adicción y el narcisismo.

Conexiones Superficiales y Aislamiento Emocional: A pesar de la aparente interconexión de las redes sociales, la búsqueda de aprobación a través de las selfies puede resultar en conexiones superficiales.

La cantidad de «me gusta» puede tomar prioridad sobre la calidad de las relaciones, lo que a su vez puede dejar a las personas sintiéndose solas y desconectadas. Este fenómeno resalta la necesidad de mantener un equilibrio entre la vida en línea y las interacciones cara a cara.

¿Qué podemos hacer para evitar caer en la trampa de las selfies?

Lo primero es ser conscientes del problema y de sus causas. Lo segundo es buscar ayuda profesional si se tiene algún trastorno psicológico o si se siente una dependencia excesiva de las redes sociales.

Lo tercero es cultivar una autoestima sana, basada en el autoconocimiento, el autorespeto y el autocuidado. Lo cuarto es fomentar relaciones auténticas y significativas con las personas que nos quieren y nos aprecian. Y lo quinto es disfrutar de la vida real, sin filtros ni falsedades.