Evita decir estas frases si tu hijo no quiere comer

Evita decir estas frases si tu hijo no quiere comer

Cuando los niños no quieren comer, se debe evitar el chantaje. Es necesario explicarles los beneficios y la importancia de mantener una alimentación variada desde temprana edad.

En muchos hogares con niños pequeños, la hora de comer es como un juego: hay momentos de dulzura, momentos de drama, momentos de ira y momentos de frustración. Sin embargo, muchas veces, en un intento desesperado por acabar con esa tensa escena, los adultos recurren a la culpa o al chantaje, sin tener la menor idea del error que están cometiendo

Así que veamos cuáles son las frases a evitar cuando tu hijo no tiene ganas de comer.

Esto deberías evitar decirle a tu hijo cuando no quiera comer

Algunas de las frases que solemos utilizar cuando nuestro hijo no quiere comer son peligrosas y contraproducentes. Por ello, lo mejor es analizar sus antecedentes y eliminarlos de tu repertorio diario.

1. “Hay tantos niños en la calle a los que les gustaría este plato de comida”

Si bien es cierto que muchas personas pasan por una situación de hambre, no es recomendable intentar que nuestro hijo coma por culpa.

Incluso el uso de estas frases puede acentuar aún más las conductas que se quieren extinguir y que encuentran desagradable e incluso culpable el vínculo con la comida .

2. “Si no comes, no creces, no te desarrollarás bien…”

Esta frase tampoco es una buena idea. Por un lado, suena como un castigo y esto tiene un efecto a corto plazo, ya que puede funcionar la primera vez, pero no funciona en una lección duradera.

Por otro lado, también estigmatiza ciertas características corporales y físicas, como la delgadez o la baja estatura.

Sabemos que muchas veces a los niños se les dice “serás bajito”, “serás muy delgado” o “no tendrás forma”, como si algo anduviera mal con estas características. Es importante validar la diversidad corporal y explicar a los niños por qué es ideal mantener una dieta sana y variada.

3, “Si no comes lo que te preparé, probablemente sea porque no me quieres”:

Evita decir estas frases si tu hijo no quiere comer

Esta es una forma de manipulación, se mire como se mire. Pone al niño en una posición en la que, para demostrar su amor, tiene que hacer algo por obligación y en contra de su voluntad. Aunque no lo parezca, el mensaje subliminal es que el amor lo justifica todo, incluso hacer algo con lo que no nos sentimos cómodos.

Como adultos, es importante no involucrarse en estos juegos y no podemos personalizar esta situación.

4. “Si comes, te daré tales cosas…”

Esto también podría considerarse una especie de chantaje. De esta forma, corremos el riesgo de que los niños asocien la comida con una recompensa y que solo le den importancia a recibir una recompensa a cambio.

Al contrario, lo que los niños necesitan saber es por qué necesitan comer bien y hacerlo más allá de un helado de postre o unos minutos extra para ver la televisión. De lo contrario, el día que no obtengamos una recompensa, se negarán a comer y los adultos estaremos atrapados en un aprieto.

“¿No te gusta? Dime lo que quieres y te lo cocino»

Esta es una frase engañosa y un arma de doble filo. Es cierto que hay momentos en los que no toda la familia está de acuerdo con el menú y al menos prepara platos diferentes. Sin embargo, esta situación no es la más común y no debería serlo.

Es importante no ceñirse a los platos típicos que les gustan a los niños (como los fideos) y hacer un esfuerzo para animarlos a probar una gran variedad de alimentos.

Hay edades en las que los niños recurren al «no» como forma de conseguir lo que más les gusta.

¿Cómo motivarlo a comer de forma correcta?

Niños que no quieren comer

Intenta ofrecerle alternativas: Puede que no le gusten algunos alimentos, pero en lugar de obligarlo a comer, es buena idea buscar otras opciones que ofrezcan nutrientes similares.

Involúcralo en la elección del menú: algunos días de la semana podrías preguntarle qué le gustaría comer y cumplir sus deseos.

Intenta que las horas de la comida sean agradables: es decir, si a tu hijo no le gusta comer, tendrás que cambiar el foco de atención. La comida debe ocupar un segundo lugar. Puede ser una excusa para tomar un descanso del día, para compartir y hablar sobre las actividades diarias. También puedes probar cocinar juntos, para que las comidas sean más agradables.

Intenta introducir los alimentos poco a poco en su dieta: comienza con aquellos alimentos que le gustan y, poco a poco, ofrécele otros sabores.
Deja que explore la comida con todos sus sentidos, hazle preguntas al pequeño sobre la textura, el aroma y los colores del plato. Esta es también una forma de relacionarse con la comida.

Ofrécele un plato con una cantidad medida de comida: si hay dificultades para comer, es mejor que el niño pida una ración repetida, en lugar de ofrecerle un plato muy grande.