La depresión posparto es considerada por muchas mujeres afortunadas (que nunca la han sufrido) una leyenda urbana; pero la realidad es que existe y en algunos casos puede llegar a tener un alto impacto perturbador sobre la madre, el bebé y el resto de la familia.
Entre los síntomas de la depresión posparto se encuentran: la irritabilidad, una profunda tristeza, pérdida de la concentración, insomnio, cansancio, sentimientos de culpa, inapetencia, desinterés por las personas y circunstancias del entorno.
Por lo general, aparece en los días posteriores al nacimiento de la criatura, aunque puede suceder en cualquier momento durante el primer trimestre e incluso un año después. Si no se trata de forma adecuada, el problema podría persistir, incluso, por años y traer como consecuencia que la madre experimente emociones negativas hacia su hijo, preste poco interés en lo que respecta a su desarrollo y actividades o se sienta incapaz de atenderlo ella sola.
¿Por qué se produce la depresión posparto?
No existe una causa única, sino que se trata de una mezcla de factores fisiológicos y emocionales. Por una parte, los niveles hormonales decaen después del alumbramiento, originando alteraciones químicas en el sistema nervioso y generando, en ciertos escenarios, variaciones en el estado anímico. La falta de descanso contribuye a agotar a la persona, lo que es factible conduzca también a esta condición patológica transitoria.
Otros elementos que surgen después que nace un bebé y que asimismo afectan a la madre son:
- Reducción de la libertad. Un recién nacido requiere cuidados constantes, las 24 horas del día, y al no dejar disponibilidad alguna para el ocio puede provocar un gran estrés.
- Cambios físicos. Las transformaciones que implican tener un hijo como el crecimiento abdominal, aparición de manchas faciales y estrías en el cuerpo, alteraciones en la apariencia de los senos, etc. en ocasiones afectan la auto-imagen.
- Variación en las relaciones sociales y actividades laborales.
- Inseguridad. Hay mujeres que no se sienten capaces de afrontar las nuevas exigencias y responsabilidades, con lo cual se manifiesta la ansiedad y su terrible impacto.
Factores de riesgo asociados a la depresión posparto
Se ha encontrado que algunas personas son más proclives a padecer de este trastorno y entre las razones que favorecen su exteriorización se hallan:
- Embarazo no planificado. Si el estado de gravidez fue consecuencia de un accidente o un acto involuntario, el ánimo de la futura mamá quedará predispuesto hacia una condición depresiva posterior.
- La mujer se encuentra todavía en la etapa de la adolescencia o por lo menos, es menor de 20 años.
- Previamente ha padecido de ansiedad, estrés o patologías mentales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar u otra.
- Durante el embarazo hubo consumo de alcohol, sustancias psicotrópicas u otras drogas que adicionalmente, tienen el potencial de provocar daños graves a su salud física y la del niño.
- La madre vivió en la preñez o en el alumbramiento una situación crítica como el fallecimiento de un ser amado, una gestación de alto riesgo, un parto complicado o el niño nació sufriendo de alguna anomalía.
- Una situación económica difícil, falta de apoyo de sus propios progenitores o del padre del pequeño, etc. también podrían afectarla de esa manera.
¿Cómo vencer estas circunstancias?
¿Has experimentado algunos de los síntomas anteriormente descritos? Entonces es conveniente que visites a un especialista que te indique exámenes de laboratorio para verificar los valores hormonales. Asimismo, un psicólogo o psiquiatra con tratamiento medicamentoso y/o psicoterapia te ayudará a superar esta condición. El apoyo de familiares y amigos y tu propia actitud también serán factores indispensables en la búsqueda de la solución.
Añadido a esto, algunos consejos para ayudarte a salir adelante tras sufrir depresión posparto serían:
- Diálogo. Habla con las personas más cercanas de tu entorno, se sincera y cuéntales cómo te sientes porque, ocultar el problema no hace nada por solucionarlo. Y pide auxilio para lograr cumplir además con los quehaceres del hogar, en especial si tienes otros hijos que requieren de tu atención.
- Descanso. Esta es una necesidad insoslayable para tu salud corporal y mental. Coordina las actividades de modo que logres dormir al mismo tiempo que el niño lo hace.
- Tiempo libre. Aun cuando sea complicado, organízate para poder disfrutar, aunque ocasionalmente de un período de ocio en el que puedas salir sola, en pareja o con los amigos. Quizás podrías conseguir una niñera de confianza que permanezca con el pequeño por unas horas.
En conclusión, la depresión posparto es una condición real que aqueja a un sinnúmero de mujeres luego de tener su bebé. No se supera de manera espontánea y al no atenderla oportunamente pudieran generarse problemas serios. Si ya han pasado más de dos semanas que diste a luz y los síntomas no mejoran sino que cada vez te vas sintiendo peor, es hora de buscar ayuda.
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