En los últimos años, hemos sido testigos de cómo los medios de comunicación han impuesto ideales de belleza y una obsesión por el cuerpo delgado. Esto ha llevado a que las personas busquen métodos rápidos para perder peso, como dietas restrictivas, ejercicio intenso y cirugías.
Además, se ha popularizado el uso de fármacos denominados «adelgazantes». Sin embargo, es importante destacar que este tipo de medicamentos solo deben ser utilizados bajo supervisión médica, en pacientes con un diagnóstico de obesidad y durante un período máximo de tres meses.
Antes de prescribirlos, es fundamental realizar una evaluación médica exhaustiva, especialmente para aquellos con antecedentes de enfermedades mentales o historial de abuso de drogas, ya que estos medicamentos pueden producir alteraciones significativas en la esfera neuropsiquiátrica, como inquietud, insomnio e irritabilidad.
En casos susceptibles, incluso podrían desencadenar manía, cuadros psicóticos o generar adicción.
Preocupación por el aumento de venta de fármacos «adelgazantes»
Actualmente, existe una creciente preocupación por parte de las autoridades debido al explosivo aumento en la venta de este tipo de fármacos, especialmente de la fentermina, un medicamento con actividad similar a las anfetaminas, que posee un fuerte efecto supresor del apetito y es eficaz para la pérdida de peso. Mientras que en 2012 se vendieron aproximadamente 3.500 cajas, en 2017 esa cifra ascendió a más de 970.000.
Surge entonces la pregunta de si todas esas ventas realmente fueron destinadas a pacientes que cumplían con los criterios de diagnóstico de obesidad, o si se están indicando a personas sin obesidad.
Además, es fundamental cuestionar si se realiza una evaluación médica completa y adecuada antes de prescribir este tipo de fármacos.
¿Cuántos de los pacientes que presentan síntomas neuropsiquiátricos en el área de salud mental podrían estar influenciados por el uso de estos medicamentos?
Peligros de la venta no regulada de fármacos «adelgazantes» en internet
En tan solo unos minutos de navegación en internet, podemos encontrar numerosas páginas que venden estos fármacos, a pesar de que su venta está regulada y requiere receta médica.
Estas páginas prometen pérdida de peso sin riesgos ni «rebote», y solo se necesita marcar un número telefónico. Por supuesto, lograr el «cuerpo perfecto» tiene un costo económico bastante elevado.
Responsabilidad de los profesionales de la salud mental
Como profesionales de la salud mental, tenemos una gran responsabilidad, especialmente en la educación de los pacientes.
Debemos visibilizar el problema de la obesidad, pero también el problema de la obsesión por los estándares de belleza, que lleva a muchas personas a consumir fármacos de forma indiscriminada para alcanzar esos fines, sin una evaluación y control adecuados, y sin tener conocimiento de los riesgos que esto implica para su salud física y mental.
Es posible que se desencadene una enfermedad mental para la cual ya había predisposición o que los síntomas existentes se vean exacerbados.
La búsqueda de la «pastilla para adelgazar» y sus limitaciones
La búsqueda de la «pastilla para adelgazar» es el anhelo de todos aquellos que luchan contra la obesidad, y numerosos laboratorios dedican grandes esfuerzos a la investigación en este campo.
Sin embargo, hasta ahora no existen fármacos eficaces y libres de efectos adversos significativos en el arsenal terapéutico, y prácticamente todos los fármacos adelgazantes aprobados han tenido que ser retirados del mercado tras un periodo de tiempo, a veces muy breve, debido a sus efectos secundarios.
