¿Cómo liberarnos de la culpa cuando es un castigo?

Personas que experimentan sentimientos de culpa

La culpa es un sentimiento que la mayoría de las personas aprenden durante el desarrollo social que se da en la infancia. El propósito del sentimiento de culpa es ayudarnos a comprender cuando mostramos actitudes erróneas o no socialmente deseables, para dirigirnos a mejorar nuestro comportamiento relacional. Nos impulsa a reexaminar nuestro comportamiento para evitar cometer los mismos errores por segunda vez.

¿Cómo liberarnos de la culpa?

A continuación se comparten algunos consejos para que puedas tener algunas herramientas útiles que te ayuden a evaluar este sentimiento, conocer si tiene una finalidad práctica y cómo podrías librarte de ello si lo sientes como un castigo.

1. Reconocer el tipo de culpa y su finalidad

El sentimiento de culpa es útil para reconocer si nuestro comportamiento fue ofensivo para alguien o para nosotros. Es útil porque representa una invitación a cambiar nuestro comportamiento para no perder personas significativas en nuestras vidas (amigos, familiares) y que hemos herido de forma gratuita. 

En este caso, es un sentimiento saludable que ayuda a reorientar nuestro comportamiento moral. De lo contrario, no es apropiado lo que una madre siente cuando vuelve a trabajar por primera vez después de la licencia de maternidad porque está vinculada al temor de que esta decisión pueda dañar el desarrollo armonioso del niño. Un niño, en la mayoría de los casos, tiene un desarrollo normal cuando ambos padres trabajan. Es un sentimiento de culpa injustificado porque está vinculado a una lectura irracional de la situación y no como el efecto de un comportamiento que objetivamente ha causado un problema o un daño evidente a alguien. 

Por otro lado, sentirse culpable por un atracón es una advertencia de que el cerebro nos está dando un comportamiento alimenticio que es perjudicial para nuestra salud y que, si se repite, puede ser autoagresivo para el bienestar de la persona. También en este último caso representa una señal útil para convencernos de cambiar el comportamiento. 

El sentimiento de culpa continúa a lo largo del tiempo hasta que cambiamos nuestra actitud hacia una situación que nos perjudica.

2. Acepta los errores y sigue adelante

Si nos damos cuenta de que nos hemos comportado incorrectamente o hemos inducido dolor en alguien, para superar la culpa, primero debemos tener en cuenta que no podemos cambiar el pasado. 

Extender indefinidamente el sentimiento de culpa no cambiará las cosas. Primero podemos reconocer que estamos equivocados y pedir disculpas antes de que la culpa desaparezca. Una vez que hemos tenido la oportunidad de enmendar el error, si es posible, debemos aceptar que este es el único remedio posible en lugar de seguir convenciéndonos de que podríamos haber hecho algo más o mejor para remediarlo. Si continuamos preocupándonos por el error cometido, podríamos experimentar la sensación de culpa hasta el infinito y dejar que interfiera con otras relaciones. Discúlpate con los demás y perdónate por no ser perfecto y, en lugar de rumiar sobre los hechos y lo que deberías haber hecho de manera diferente, sigue adelante.

3. Aprender de la experiencia

El sentimiento de culpa no tiene la función de hacernos sentir libres por el simple hecho de hacerlo; Su función, como ya se mencionó, es hacer que nos enfoquemos en nuestra forma de actuar, en las elecciones que hacemos para que a través de la experiencia podamos aprender y mejorarnos a nosotros mismos. No tiene un propósito de castigo, así que no lo uses contra ti mismo. 

Si aprendemos de nuestro comportamiento, a través de él, estaremos menos inclinados a implementar un comportamiento inapropiado en el futuro. Permítete cometer errores, nadie nace experto en la vida y el comportamiento social.

El sentimiento de culpa nos hace entender que:

  • Debemos pedir disculpas a la persona afectada.
  • Hay que pensar un poco más antes de hablar o actuar.

Si el sentimiento de culpa no está tratando de hacernos corregir un comportamiento que realmente hemos adoptado o un error realmente cometido, no tenemos nada que aprender, por lo tanto, es algo que debemos quitarnos de encima. En lugar de intentar cambiar algo en ti mismo, es importante que entiendas por qué te sientes culpable por un comportamiento o una elección por la cual otras personas no se sentirían incómodas o culpables.

Por ejemplo, algunas personas pueden sentirse culpables cuando quieren hacer algo por sí mismas (como tomarse un tiempo de descanso) pero temen que un miembro de la familia no las acepte en su lugar (como trabajar sin parar); Es un conflicto entre el sentido del deber y el placer y un deseo personal sano e inofensivo. Es un derecho de la persona que debe aprender a legitimarse a sí mismo, cambiando su mentalidad con respecto a lo que es bueno para él, si no encuentra la aprobación de los demás.

4. Acepta que no eres perfecto:

Incluso si nuestros amigos o miembros de la familia parecen llevar una vida perfecta, recuerda que realmente nadie lo es. Evita buscar la perfección en todos los aspectos de tu vida, evita presionarte y ser demasiado exigente porque estas imposibles solicitudes que haces son la receta para el fracaso: la perfección no se puede lograr.

Es necesario aceptar que somos seres humanos y la posibilidad de cometer errores es intrínseca en cada uno de nosotros. No debemos pretender ser personas ideales o, por el contrario, pasar días, semanas y meses con un sentimiento de culpa por haber actuado mal o rumiar sobre las alternativas que podrías haber realizado. 

Probablemente hayas actuado de la mejor manera posible en esa situación y ahora tienes más claro cuáles son las consecuencias y las posibles alternativas que se adoptarán en situaciones similares en el futuro. Recuerda que la vida es así: compuesta de intentos, errores y aprendizaje continuo. Sé indulgente contigo mismo.