Características de la distimia o el trastorno depresivo persistente

Mujer joven triste a causa de la distimia

La distimia o conocido también como trastorno distímico (TD) pertenece al grupo de trastornos afectivos, el cual puede alterar significativamente la vida de una persona mediante los estados del ánimo, provocando así cambios negativos y constantes para quien lo padece. Además, en este grupo se encuentran trastornos como el bipolar y depresivo mayor (TDM).

La distimia, a diferencia del trastorno depresivo mayor, puede estar prolongada por al menos dos años, aunque la intensidad de los síntomas en comparación al TDM es leve.

Las causas de la distimia pueden ser multifactoriales, es decir que hay muchas razones por las que una persona puede llegar a presentar trastornos distímicos en algún punto de su vida.

Existen factores genéticos que pueden intervenir considerablemente alterando las estructuras de los neurotransmisores que van hacia el cerebro; otra razón, pueden ser causas ambientales, es decir, el ámbito que rodee a la persona puede ser clave en su aparición. Sin dejar a un lado que ésta puede también presentar un carácter hereditario, en especial si miembros de la familia lo han padecido.

Otra de las cosas que es importante tomar en cuenta es estudiar bien cómo es el entorno social y cultural de una persona con TD, ya que, en muchas culturas, lamentablemente, es normal que se juzgue la tristeza como sinónimo de debilidad o falta de carácter y en especial cuando cada individuo posee una forma distinta de expresarla dependiendo de su género.

Aunque de igual forma la distimia se puede somatizar con dolores de cabeza, estómago, aislamiento social y otros.

Qué caracteriza la distimia

La distimia se caracteriza principalmente porque la persona presenta estado de ánimo depresivos, el cual puede durar por horas e incluso días. Algunos de los síntomas que se relaciona con este trastorno son la falta o aumento del apetito, así como también la fatiga o falta de energía o voluntad de hacer las cosas.

También lo acompaña el sentimientos de desesperanza, baja autoestima, pérdida del sueño o, por el contrario, el individuo duerme más horas de lo esperado, incapacidad de concentración y de la toma de decisiones, entre otras.

Algo que se debe entender muy bien al momento de diagnosticar la distimia es descartar que los síntomas se deban al consumo de sustancias como los medicamentos o las drogas, así como descartar casos de personas que estén pasando por algún tipo de duelo o evento que ocasione tristeza.

En comparación a otros trastornos afectivos, la distimia ha sido muy poco estudiada y la base que se emplea para analizarla casi siempre parte de una depresión mayor, algo que puede llegarse a confundir.

Pero no por ello hay que tomarlo a la ligera ya que la mayoría de los pacientes con trastornos distímicos pueden sentir igual dificultad en realizar sus labores diarias, afectando notablemente sus vidas. La distimia incluso se llega clasificar en dos tipos, la primera es la que comienza antes de los 21 años de edad (distimia de inicio temprano) y la segunda es después de los 21 (distimia tardía).

Por lo que estos datos dan a entender que en cualquier punto de nuestra vida podamos llegar a presentar este tipo de trastorno, incluso en la niñez en donde pueden aparecer más síntomas como el déficit de atención e hiperactividad y la enuresis.

Evaluación de personas con TDP

El médico o especialista para cerciorarse que se trata de TDP, deberá realizarle al paciente una serie de exámenes que permitan dar con un diagnóstico y tratamiento correcto.

El examen o evaluación física es importante para el diagnóstico ya que el doctor al realizar una serie de preguntas sobre su estado de salud físico puede determinar si se trata o no del trastorno correspondiente, ya que en algunos casos los estados depresivos pueden estar relacionados con algún problema no diagnosticado.

Los análisis de laboratorio también son parte de este seguimiento para chequear correctamente que los estados depresivos no correspondan con algún desajuste hormonal o de otra índole. Y por supuesto, la evaluación psicológica determinará en gran parte que los pensamientos y sentimientos están ligados directamente con la distimia, para ello el especialista puede realizar un cuestionario que permita dar a entender el estado del paciente.

Por ejemplo, uno de los métodos que suele ser empleado en posibles pacientes con distimia es el Self-Rating Depression Scale, un cuestionario que permite dictaminar qué tan grave es la depresión de la persona, mediante los 20 ítems que abarcan respuestas positivas y negativas en planos de frecuencia o regularidad.

Las puntuaciones de esta arrojarían resultados porcentuales apuntando hacia el tipo de depresión diagnosticada.

Factores determinantes en la detección de TDP

Un factor determinante para conocer si se trata de distimia es que, durante los episodios depresivos, la persona debe presentar tres o más síntomas relacionados con sentimientos de culpa o sobre su pasado, disminución de la productividad o eficiencia, desinterés por las cosas que antes le agradaban, desesperación, pesimismo, falta de auto confianza, estima baja, entre otros.

También, habrá que determinar de qué tipo de distimia se trata, puesto que la de tipo esporádico puede presentarse con los síntomas anteriormente mencionados con la diferencia de que los días son determinantes ya que se alternan lo estados “normales” en conjunto de los depresivos.

Esto puede transcurrir en un lapso de dos semanas o más. Mientras que el crónico presenta cuatro síntomas durante todos los días de forma consecutiva.

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