5 frases que usan los manipuladores en sus relaciones

¿Alguna vez has estado en una relación en la que alguien te hizo sentir como si estuvieras loco? ¿Has estado con personas que tergiversaron tus palabras hasta el punto de hacer que pareciera que tenías la culpa de algo que salió mal?

Si es así, es posible que hayas sido víctima de manipulación y nunca lo supiste.

Si no has escuchado el término antes, «gaslighting» es una forma de abuso emocional donde el abusador hace que la víctima cuestione su realidad y cordura.

Desafortunadamente, este tipo de manipulación es muy común en las relaciones.

Todos hemos experimentado manipulación de alguna forma u otra, tanto en las relaciones románticas como con los amigos. Son esos momentos en los que te sientes confundido, frustrado y solo, sin darte cuenta de por qué.

Sin embargo, no es fácil identificar la manipulación para poder alejarnos de este tipo de relaciones. Pero el primer paso que allanará el camino es, sin duda, la concienciación. Con ese propósito analicemos 5 frases clásicas que las personas manipuladoras usan constantemente en sus relaciones.

1. «Si te preocuparas por mí, me ___»

Esta es una forma clásica de manipulación que la mayoría de la gente pasa por alto en sus relaciones.

«Si te preocuparas por mí, me escucharías sin importar qué».

«Si te preocuparas por mí, querrías pasar más tiempo conmigo».

Al principio, puedes pensar que podría tener un significado verdadero. Que tal vez no estás demostrando que te importa la persona tanto como pensabas.

Pero cuanto más te lo repite, más te das cuenta de que solo está tratando de controlarte con sus palabras. Te hace cuestionar tus acciones e intenciones mientras haces todo lo posible para demostrarle que te importa.

La escuchas atentamente, pasas tiempo de calidad con ella y tratas de hacer que las cosas funcionen. Pero eventualmente te das cuenta de que eso no es lo que verdaderamente quiere. Solo quiere control.

Esto es lo que podría cambiar tu situación:

Cuando estés seguro de ser manipulado, una opción es seguir repitiendo las siguientes frases: «Sé mis propias intenciones y lo que me digas no me hará dudar de mí mismo». «Estoy haciendo todo lo posible para demostrarle que me importa y eso es todo lo que puedo hacer».

2. “Tú siempre/Tú nunca ___.” (Hablando en absolutos)

Hablar con absolutos es lo peor que puedes hacer en una discusión.

Frases como «Siempre cancelas los planes» o «Nunca quieres salir» se encuentran entre las más comunes. Los absolutos nunca son verdaderos. Pero te hacen frustrarte por lo equivocados que están y piensas cómo puedes demostrar que tienes razón. Muchas veces te hacen dudar fuertemente de ti mismo.

Para mejorar la situación, puedes hacer lo siguiente:

Si alguien dice «tú siempre…» o «tú nunca…», no te pongas a la defensiva.
En su lugar, señala con calma las excepciones a esos absolutos.
“No siempre cancelo los planes. Hubo muchas ocasiones en que mantuve mi promesa». “Yo sí quiero salir de vez en cuando. Simplemente no quería salir en ese momento en particular».

Si todavía no están convencidos, no hay razón para continuar con la discusión. Vete de ahí.

3. «Eres como ____.» (Abuso emocional al compararte con los demás)

Estas comparaciones son un golpe bajo. Un manipulador dirá esta frase para intentar desencadenar tus inseguridades y hacerte dudar de ti mismo. Podrían decir: “Eres igual que tu madre. Siempre muy emocional y nunca sabes cómo controlarte». O, “Eres como tu padre. Siempre muy irascible y ahuyentas a quienes te amaban con tu comportamiento».

Estas frases están destinadas a lastimarte y hacerte cuestionarte a ti mismo.

¿Pero sabes que?
No eres como tu madre o tu padre. Eres tú con tus propias experiencias y cualidades únicas. Cada uno es único con características especiales.
Si alguien compara tus capacidades físicas, mentales, emocionales o sexuales con las de los demás, te está insultando.

Esto es lo que puedes hacer al respecto:

«El hecho de que tenga algunas cualidades que se parezcan a las de mis padres no significa que sea exactamente como ellos». «Nadie es perfecto. Te agradecería que me ayudaras a mejorar si crees que soy así.”

Una relación consiste en sacar a relucir las fortalezas y ayudarse mutuamente a superar las debilidades.

4. «Eso es exactamente por lo que no tienes amigos». (Tratando de atacar tu autoestima)

Esta es una forma sutil de abuso que experimentan muchos niños. Por ejemplo, los padres les dicen a sus hijos que no tienen amigos porque son demasiado tímidos o demasiado curiosos.
Los niños lo creen. Crecen pensando que algo está mal en ellos, que de alguna manera no merecen tener amistades.

Como adultos, estas mismas personas tienen dificultades para hacer y mantener amigos. Piensan que todos los están juzgando y que no son lo suficientemente buenos.

Si creciste escuchando que no tienes amigos porque eres de una forma u otra, es hora de dejar esa creencia.
No es verdad. Eres digno de amistades y mereces amor.

Qué puedes hacer al respecto:

Hay que repetirnos a cada momento:
«Soy digno de amistad».
«Soy bueno y merezco amor».
«No necesito la aprobación de nadie para ser feliz».

5. «Yo nunca dije eso». (Plantando dudas en tu mente)

Esta es una táctica común en la cual el abusador niega sus palabras o acciones, dejando a la víctima confundida y con dudas.

Por ejemplo, supongamos que tienes una conversación con tu pareja sobre casarse y formar una familia algún día, y ambos están de acuerdo en que quieren hacerlo.

Pero luego, cuando vuelves a mencionarlo, te dice que nunca estuvo de acuerdo y que solo estás imaginando cosas. Lo que tratan de hacer es hacerte dudar de tu realidad.

Te hacen preguntarte qué pasó realmente. Y como resultado, comienzas a cuestionar tu memoria y experiencias. ¿Esa conversación fue producto de tu imaginación?

Si te ocurre esto con regularidad, es hora de dar un paso atrás y reevaluar la situación. Una relación sana se basa en la confianza y la comunicación. Si no sientes que tienes eso, podría ser hora de alejarte de ahí.

Qué puede cambiar la situación:

«Confío en mi memoria y en mis experiencias». «Sé lo que vi/escuché y sé lo que me dijeron». «Puedes criticarme, pero no voy a dejar que me controles».

Y recuerda, no estás solo. En algún momento, debes priorizar a la persona más importante de tu vida: ¡TÚ!

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