15 cosas que no deberías decirle a alguien que está desahuciado

Consejos que no debes dar a una persona desahuciada

Al enfrentarnos a la adversidad o a momentos de crisis, nuestras palabras adquieren un peso significativo. La forma en que nos comunicamos con alguien que atraviesa por una situación desafiante puede influir profundamente en su capacidad para enfrentar y procesar su experiencia.

Este artículo se propone explorar cómo las interacciones comunicativas, especialmente aquellas frases y comentarios bienintencionados, pero desacertados, pueden impactar de manera considerable en el bienestar emocional de quienes atraviesan por este desafiante momento.

A través de un enfoque basado en la psicología y las mejores prácticas en cuidados paliativos, buscaremos ofrecer consejos prácticos y reflexivos para aquellos que desean brindar un apoyo genuino y efectivo, respetando siempre la dignidad y los deseos de la persona desahuciada. Este análisis no solo busca orientar, sino también profundizar en el entendimiento de las complejidades emocionales y psicológicas que rodean a la persona que atraviesa por zonas tumultuosas de su existencia.

Frases que deberías considerar no decir

Si bien las frases pueden ser con intenciones positivas para quienes vemos desahuciados, podrían desempeñar un efecto contrario o muy poco efectivo, por lo tanto, mejor considera evitarlas.

1. «Solo es cuestión de actitud»

Decirle a alguien que está desahuciado que todo depende de su actitud minimiza su experiencia y sufrimiento. La psicología de la salud ha demostrado que, aunque una actitud positiva puede influir en el bienestar emocional, sugerir que puede alterar resultados médicos terminales es inexacto y puede hacer que la persona se sienta culpable por no «luchar» lo suficiente. Es más útil ofrecer apoyo emocional incondicional y reconocer su valentía en enfrentar la situación.

2. «Sé cómo te sientes»

Aunque la intención puede ser demostrar empatía, cada experiencia con una enfermedad terminal es única. La psicología clínica enfatiza la importancia de la validación de los sentimientos sin asumir que se comprende plenamente lo que otro está experimentando. En su lugar, es más apropiado decir «No puedo imaginar por lo que estás pasando, pero estoy aquí para ti».

3. «Al menos tienes tiempo para despedirte»

Intentar consolar a alguien destacando el «lado positivo» de una enfermedad terminal puede parecer insensible. El duelo anticipatorio es un proceso complejo y doloroso. En lugar de buscar un lado positivo, ofrecer un espacio para hablar sobre sus sentimientos y experiencias puede ser más reconfortante.

4. «Deberías probar este tratamiento que leí en internet»

Ofrecer consejos médicos no solicitados no solo es inapropiado, sino que también puede ser peligroso. Las decisiones de tratamiento deben ser discutidas entre el paciente y su equipo médico. Mostrar apoyo a las decisiones que ya han tomado puede ser una mejor forma de ayudar.

5. «Al menos has vivido una vida larga»

Este tipo de comentario puede hacer que la persona se sienta como si su vida ya no tuviera valor o que ya no mereciera la pena luchar. Es crucial validar sus sentimientos y deseos, independientemente de su edad. La compasión y la empatía son esenciales en estos momentos.

6. «Todo pasa por una razón»

Aunque algunos encuentran consuelo en la creencia de que hay un propósito detrás de sus sufrimientos, otros pueden encontrar esta perspectiva inútil o incluso hiriente. Respetar la perspectiva y creencias espirituales de la persona sin imponer las propias es clave para brindar apoyo efectivo.

7. «Dios nunca da más de lo que puedes manejar»

Este tipo de afirmaciones, aunque bien intencionadas, pueden ser problemáticas para aquellos que no comparten la misma fe o que están luchando con su espiritualidad a raíz de su enfermedad. Es importante ofrecer consuelo que respete las creencias personales del individuo.

8. «Piensa en todo lo que aún puedes hacer»

Aunque motivar a alguien a disfrutar de su vida es valioso, es importante ser sensible al hecho de que sus capacidades pueden estar disminuyendo. Enfocarse en las actividades que aún disfrutan y son factibles puede ser más útil y menos frustrante para ellos.

9. «Al menos no es doloroso»

Minimizar el sufrimiento de alguien comparándolo con otros tipos de sufrimiento puede invalidar sus experiencias. Es esencial reconocer su dolor y ofrecer compasión y apoyo en lugar de restarle importancia.

10. «Debes mantenerte fuerte por tu familia»

Este comentario puede aumentar la presión que ya sienten, sugiriendo que no tienen el derecho de expresar su tristeza o miedo. Permitirles expresar sus verdaderos sentimientos sin juzgarlos es más beneficioso para su bienestar emocional.

11. «Hay gente que está peor»

Comparar sufrimientos no alivia el dolor y puede hacer que la persona se sienta culpable por sentirse mal. Es más constructivo reconocer su dolor y ofrecer tu apoyo.

12. «No te rindas»

Aunque se dice con la mejor de las intenciones, puede interpretarse como si estuvieran eligiendo rendirse. Es crucial respetar sus sentimientos y decisiones respecto a su situación.

13. «Todavía te ves bien»

Comentarios sobre la apariencia pueden ser malinterpretados, especialmente si la persona se siente física o emocionalmente agotada. Enfocarse en el bienestar emocional y ofrecer apoyo incondicional es más importante.

14. «Cuéntame si necesitas algo»

Aunque parece una oferta de ayuda, puede ser demasiado vago para alguien que necesita apoyo específico. Ser más proactivo y ofrecer ayuda concreta (como preparar una comida o ayudar con los recados) puede ser más efectivo.

15. «Al menos es natural»

Intentar normalizar la enfermedad terminal minimiza la experiencia individual y el impacto emocional. Es vital reconocer y validar los complejos sentimientos que la persona está experimentando.

Consejos de un psicólogo para encausar la buena comunicación

A continuación, se presentan consejos prácticos y reflexiones profundas sobre cómo abordar estas conversaciones, evitando frases que, aunque bienintencionadas, pueden no ser recibidas como esperamos.

  1. Evitar minimizar la situación: Comentarios como «podría ser peor» no suelen consolar y pueden hacer sentir a la persona que sus problemas son insignificantes. Es preferible mostrar empatía y reconocer la gravedad de su situación con frases que den validez a sus sentimientos.
  2. No presionar para buscar el lado positivo: Intentar forzar una visión optimista con «busca el lado bueno» puede ser contraproducente. Aunque el optimismo puede ser útil, es importante permitir que la persona procese sus emociones a su propio ritmo.
  3. Evitar comparaciones: Decir «yo sé exactamente cómo te sientes» o comparar su situación con la de otros minimiza su experiencia única. Cada persona vive y procesa el dolor de manera diferente.
  4. No trivializar con clichés: Frases hechas como «el tiempo lo cura todo» pueden ser percibidas como vacías o insensibles. Es mejor ofrecer un apoyo concreto y escuchar activamente.
  5. No ofrecer consejos no solicitados: Aunque se tenga la mejor intención, dar consejos no pedidos sobre cómo manejar la situación puede resultar invasivo. Mejor preguntar cómo puedes ayudar o simplemente estar ahí para escuchar.
  6. No insistir en que «deben ser fuertes»: Pedirle a alguien que se mantenga fuerte invalida el derecho a sentir dolor, tristeza o miedo. Es fundamental permitir que las personas expresen sus emociones sin juzgarlas.
  7. Evitar la insistencia en la acción: Frases como «debes distraerte» pueden hacer sentir a la persona que no está manejando adecuadamente su situación. Respetar su necesidad de tiempo y espacio es crucial.
  8. No simplificar con «todo tiene solución»: Esto puede minimizar la complejidad de sus problemas. A veces, lo más valioso es reconocer que algunas situaciones son realmente difíciles y estar ahí para apoyarles a través de ellas.
  9. Evitar la presión social o expectativas: Comentarios sobre cómo otros esperan que reaccione o se comporte pueden aumentar su estrés. Es importante apoyar su manera de lidiar con la situación.
  10. No desviar la conversación hacia uno mismo: Mantener el foco en la persona y no comparar sus problemas con experiencias propias ayuda a que se sienta escuchada y comprendida.

Al comunicarnos durante estos momentos delicados, lo más importante es ofrecer un espacio seguro donde la persona se sienta escuchada, validada y apoyada. Recordemos que, a veces, la presencia y la disposición para escuchar sin juzgar son los regalos más valiosos que podemos ofrecer.