Un estudio reciente ha arrojado luz sobre una conexión intrigante entre la inteligencia y la salud mental. Según esta investigación, las personas con un coeficiente intelectual (IQ) alto podrían tener un mayor riesgo de sufrir ciertos trastornos mentales.
Este hallazgo desafía la noción tradicional de que una mayor inteligencia está asociada exclusivamente con resultados positivos en la vida y la salud.
Sobre el estudio
Un estudio dirigido por Ruth Karpinski de Pitzer College examinó a miembros de Mensa, una sociedad cuyos integrantes tienen un coeficiente intelectual en el dos por ciento superior. El estudio reveló que trastornos del estado de ánimo y de ansiedad eran significativamente más comunes entre los miembros de Mensa en comparación con la población general.
Aproximadamente el 20% de los miembros de Mensa reportaron haber sido diagnosticados con un trastorno de ansiedad, y casi el 27% con un trastorno del estado de ánimo, como depresión mayor o trastorno bipolar.
El equipo de investigación sugiere que esta alta incidencia de enfermedades mentales podría estar relacionada con la hiperexcitabilidad psicológica, una característica común en personas con alta inteligencia. Este término se refiere a una mayor tendencia a la preocupación y la rumiación, lo que puede tener efectos psicológicos adversos.
La investigación apunta a que, si bien un alto IQ puede ser ventajoso en ciertos contextos, también puede conllevar una mayor susceptibilidad a ciertos trastornos mentales debido a un procesamiento más intenso y una mayor sensibilidad a los estímulos ambientales.
Inteligencia y salud mental: una relación compleja
El estudio sugiere que las personas con un IQ elevado tienden a procesar información de manera más profunda y analítica. Si bien esto puede ser beneficioso en términos de rendimiento académico y profesional, también puede llevar a un mayor análisis y preocupación por problemas internos y externos.
Este tipo de procesamiento mental puede aumentar el riesgo de ansiedad y depresión, así como de otros trastornos mentales.
Sensibilidad y conciencia aumentadas
Otra posible explicación para esta correlación es que las personas con un alto IQ a menudo tienen una mayor sensibilidad y conciencia de su entorno.
Pueden ser más propensas a reflexionar sobre los problemas sociales, ambientales y personales, lo que puede resultar en una mayor vulnerabilidad emocional.
Esta sensibilidad aguda, combinada con altos niveles de empatía, puede exponerlos a niveles de estrés y preocupación más intensos.
Expectativas y presión
Además, las personas con alto IQ pueden enfrentar expectativas elevadas tanto de sí mismas como de los demás.
La presión por desempeñarse a un nivel excepcional en todas las áreas de la vida puede ser abrumadora y contribuir a la ansiedad y otros trastornos relacionados con el estrés.
Dificultades de relación y aislamiento social
Estos individuos también pueden experimentar dificultades en sus relaciones sociales. A veces, pueden sentirse aislados o desvinculados de sus pares debido a diferencias en intereses, pensamientos o emociones.
Este aislamiento social puede incrementar el riesgo de trastornos mentales como la depresión.
Conclusión
Este estudio abre un nuevo camino en la comprensión de cómo la inteligencia, en particular un IQ alto, puede influir en la salud mental. Resalta la importancia de proporcionar apoyo psicológico y emocional adecuado a personas con alto IQ, especialmente en la gestión de su sensibilidad y las expectativas que enfrentan.
También subraya la necesidad de una comprensión más matizada de la salud mental, reconociendo que incluso las características aparentemente ventajosas pueden tener sus desafíos.
- Origins Behavioral Healthcare. (2019, febrero 15). Why Are Intelligent People More Prone to Mental Illness? Hanley Center. Recuperado de https://www.hanleycenter.org/why-are-intelligent-people-more-prone-to-mental-illness/
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