El 26 de mayo de 2009, la vida de Mike Tyson cambió para siempre. Su hija menor, Exodus, de solo cuatro años, murió en un trágico accidente doméstico.
La niña se había enredado con el cable de una cinta de correr y se había asfixiado. Su hermano mayor, Miguel, la encontró inconsciente y llamó a su madre, que estaba en otra habitación. La madre intentó reanimarla y llamó al 911, pero fue demasiado tarde. Exodus fue trasladada al hospital, donde fue declarada muerta al día siguiente.
Un dolor insoportable
Mike Tyson estaba en Las Vegas cuando recibió la terrible noticia. Dejó todo lo que estaba haciendo y voló a Phoenix, donde vivía su ex esposa y sus hijos.
Al llegar al hospital, se encontró con una escena desgarradora: su hija conectada a máquinas que la mantenían con vida artificialmente. El ex campeón de los pesos pesados tuvo que tomar la difícil decisión de desconectarla y darle el último adiós.
Desde entonces, Mike Tyson ha confesado en varias entrevistas que no ha podido superar la muerte de su hija. Ha dicho que siente un vacío en su alma y que ha tenido pensamientos suicidas.
También ha admitido que ha recurrido a las drogas y al alcohol para escapar del dolor. Sin embargo, ha tratado de canalizar su sufrimiento en acciones positivas, como dedicarse a la crianza de palomas, apoyar causas benéficas y convertirse al islam.
Un mensaje de esperanza
A pesar de su profundo luto, Mike Tyson ha querido enviar un mensaje de esperanza a otras personas que han perdido a un ser querido.
En una reciente entrevista con el programa Good Morning Britain, el ex boxeador dijo que hay que seguir adelante y encontrar un propósito en la vida.
También dijo que hay que perdonarse a uno mismo y a los demás por los errores del pasado y que hay que ser agradecidos por lo que se tiene.
Mike Tyson es un ejemplo de superación personal y de resiliencia. A lo largo de su carrera, ha tenido que enfrentarse a numerosos obstáculos y adversidades, tanto dentro como fuera del ring.
Ha sido criticado, humillado, encarcelado y arruinado. Pero también ha sido admirado, aplaudido, idolatrado y enriquecido. Ha tocado el cielo y el infierno. Y ha sabido levantarse una y otra vez. Su historia es una lección de vida para todos nosotros.
Deja un comentario