Este es el tipo de comportamiento que muestra una madre cuando prefiere a un hijo sobre otro

La preferencia parental hacia uno de los hijos sobre los demás es un tema delicado y complejo que puede tener implicaciones duraderas tanto para el hijo preferido como para aquel que no lo es. Este fenómeno, a menudo inadvertido o no admitido por los padres, puede afectar profundamente la dinámica familiar y el desarrollo emocional y psicológico de los hijos.

Así se pueden apreciar las preferencias sobre un hijo en particular

A continuación, se describen detalladamente los comportamientos que puede mostrar una madre cuando tiene preferencia por uno de sus hijos sobre los demás:

1. Diferencias en la atención y el tiempo dedicado

Una madre que muestra preferencia puede pasar más tiempo con el hijo preferido, mostrando interés en sus actividades, preocupaciones y logros, mientras que puede parecer desinteresada o menos involucrada en la vida del otro hijo. Esta disparidad en la atención y el tiempo dedicado puede ser evidente en la rutina diaria y en eventos especiales.

2. Desigualdad en el apoyo emocional

El apoyo emocional que ofrece a cada hijo puede variar significativamente. El hijo preferido puede recibir más consuelo, comprensión y validación de sus emociones, mientras que el otro hijo puede encontrar una falta de empatía y apoyo en momentos de necesidad, sintiéndose a menudo ignorado o minimizado.

3. Comparaciones frecuentes

Las comparaciones entre hermanos son un indicador claro de preferencia. Estas comparaciones pueden estar relacionadas con el rendimiento académico, habilidades deportivas, comportamiento, apariencia física, o incluso preferencias personales, y generalmente colocan al hijo preferido en una luz más favorable.

4. Diferencias en el elogio y la crítica

El hijo preferido puede recibir más elogios, reconocimiento y refuerzo positivo por sus logros o comportamiento, mientras que el otro hijo puede ser objeto de críticas más frecuentes, incluso por logros similares o por comportamientos que son pasados por alto o incluso alabados en el hermano preferido.

5. Desigualdad en la asignación de responsabilidades y privilegios

Puede haber una distribución desigual de responsabilidades, tareas y privilegios dentro del hogar. El hijo preferido podría recibir menos tareas o responsabilidades y más privilegios, como permisos, regalos o excepciones a las reglas, mientras que el otro hijo puede encontrarse con mayores exigencias o con menos indulgencias.

6. Diferencias en la inversión de recursos

Esto puede incluir aspectos financieros, como la disposición a gastar dinero en actividades, educación o regalos para un hijo en detrimento del otro, así como recursos emocionales y de tiempo. La madre puede parecer más dispuesta a invertir en el desarrollo y bienestar del hijo preferido.

7. Defensa y justificación desproporcionada

Cuando surgen conflictos o problemas, la madre puede tender a defender o justificar las acciones del hijo preferido de manera desproporcionada, incluso si su comportamiento es claramente problemático, mientras que puede ser menos comprensiva o incluso acusatoria hacia el otro hijo en situaciones similares.

8. Falta de reconocimiento de la preferencia

Frecuentemente, la madre puede no reconocer o admitir su comportamiento preferencial, incluso ante evidencia clara o cuando otros miembros de la familia lo señalan. Esto puede incluir la negación de las diferencias en el trato o la justificación de estas diferencias basándose en las necesidades o comportamientos de los hijos.

Conclusión

Reconocer y abordar la preferencia parental es un paso crucial hacia la construcción de una dinámica familiar más equitativa y saludable. Es importante para los padres reflexionar sobre sus comportamientos y trabajar para corregir cualquier desequilibrio en el trato hacia sus hijos. La terapia familiar puede ser una herramienta valiosa para abordar estas cuestiones, proporcionando un espacio seguro para que todos los miembros de la familia expresen sus sentimientos y trabajen juntos hacia soluciones.

El objetivo es asegurar que cada hijo se sienta valorado, amado y apoyado de manera equitativa, promoviendo así su bienestar emocional y psicológico.