«Criar» a tu pareja es un peligro para la relación, 7 señales para detectar si lo estás haciendo

¿Alguna vez has sentido que tu pareja es como un niño o una niña que necesita de tu cuidado y atención constantes? ¿Te has encontrado haciendo cosas por él o ella que debería hacer por sí mismo o misma? ¿Has asumido el rol de madre o padre en la relación?

Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, es posible que estés «criando» a tu pareja, y eso puede ser muy perjudicial para la salud de tu relación.

¿Qué significa «criar» a tu pareja?

«Criar» a tu pareja es una forma de codependencia emocional que consiste en tratar a tu pareja como si fuera un hijo o una hija, y no como un adulto responsable y autónomo.

Esto implica hacerse cargo de sus necesidades, responsabilidades, problemas y emociones, sin dejar espacio para que él o ella se desarrolle y crezca como persona.

¿Por qué algunas personas «crian» a sus parejas?

Las razones por las que algunas personas «crian» a sus parejas pueden ser diversas, pero en general se relacionan con una baja autoestima, una necesidad de control, un miedo al abandono o al rechazo, o una falta de límites y asertividad.

Algunas personas pueden haber aprendido este patrón de comportamiento en su infancia, al observar a sus padres o cuidadores, o al tener que asumir un rol parental con sus hermanos o familiares.

Otras personas pueden haber desarrollado este hábito en relaciones anteriores, al sentirse culpables, obligadas o manipuladas por sus parejas.

¿Qué consecuencias tiene «criar» a tu pareja?

«Criar» a tu pareja puede tener consecuencias negativas tanto para ti como para él o ella. Algunas de estas consecuencias son:

  • Te sientes agotado, frustrado, resentido o decepcionado por tener que hacer todo por tu pareja y no recibir nada a cambio.
  • Te olvidas de ti mismo, de tus necesidades, deseos, sueños y proyectos personales, y te dedicas exclusivamente a satisfacer los de tu pareja.
  • Pierdes tu identidad y tu autonomía, y te vuelves dependiente de tu pareja para sentirte útil, valorado o querido.
  • Generas una relación desigual e injusta, donde tú das todo y tu pareja recibe todo, sin asumir su parte de compromiso, responsabilidad o reciprocidad.
  • Impides el crecimiento y la madurez de tu pareja, al no permitirle que enfrente sus propios retos, tome sus propias decisiones, resuelva sus propios problemas y exprese sus propias emociones.
  • Creas un vínculo enfermizo y tóxico, basado en la necesidad, la dependencia, el apego y la manipulación, y no en el amor, el respeto, la confianza y la libertad.

¿Cómo saber si estás «criando» a tu pareja?

Para saber si estás «criando» a tu pareja, puedes fijarte en estas 7 señales:

  1. Haces todo por tu pareja: le preparas la comida, le lavas la ropa, le ordenas la casa, le pagas las cuentas, le haces los trámites, le recuerdas las citas, le compras los regalos…
  2. Te anticipas a sus deseos: le preguntas constantemente qué quiere hacer, qué quiere comer, qué quiere ver… y tratas de complacerlo en todo sin tener en cuenta tus propias preferencias.
  3. Le resuelves los problemas: le ayudas con el trabajo, con los estudios, con la familia… y le das consejos o soluciones sin que te los pida.
  4. Le defiendes de todo: le proteges de las críticas, de las dificultades, de los conflictos… y le justificas ante los demás cuando se equivoca o se comporta mal.
  5. Le controlas todo: le llamas o le escribes frecuentemente para saber dónde está, con quién está y qué está haciendo… y le pides explicaciones o le reclamas cuando no te contesta o no te cuenta.
  6. Le educas o le corriges: le dices lo que tiene que hacer, lo que tiene que decir, lo que tiene que pensar… y le regañas o le castigas cuando no te hace caso o no te obedece.
  7. Le consuelas o le animas: le escuchas cuando está triste, enfadado, asustado o estresado… y le abrazas, le besas, le mimas o le halagas para que se sienta mejor.

¿Qué puedes hacer si estás «criando» a tu pareja?

Si te has dado cuenta de que estás «criando» a tu pareja, lo primero que debes hacer es reconocerlo y aceptarlo, sin culparte ni juzgarte. Luego, puedes seguir estos pasos para cambiar esta dinámica y mejorar tu relación:

  • Busca ayuda profesional: un terapeuta o un coach puede ayudarte a entender las causas de tu comportamiento, a trabajar tu autoestima, a establecer límites y a comunicarte de forma asertiva con tu pareja.
  • Cuida de ti mismo: dedica tiempo y espacio para hacer lo que te gusta, lo que te hace bien y lo que te hace feliz. Cultiva tus hobbies, tus amistades, tu salud y tu crecimiento personal.
  • Respeta a tu pareja: trata a tu pareja como a un adulto, y no como a un niño. Reconoce sus capacidades, sus fortalezas, sus virtudes y sus logros. Valora su opinión, su criterio, su autonomía y su libertad.
  • Fomenta la igualdad: comparte con tu pareja las tareas, las responsabilidades, los gastos y las decisiones de la relación. Pide lo que necesitas y ofrece lo que puedes. Da y recibe con equilibrio y generosidad.
  • Promueve el crecimiento: apoya a tu pareja en sus proyectos, en sus sueños, en sus desafíos y en sus dificultades. Anímala a que se supere, a que se exprese, a que se divierta y a que se realice como persona.
  • Disfruta del amor: vive tu relación desde el amor, y no desde la necesidad. Ama a tu pareja por lo que es, y no por lo que quieres que sea. Ama con respeto, con confianza, con admiración y con pasión.

Recuerda que «criar» a tu pareja no es una forma de amarla, sino de limitarla. Si quieres tener una relación sana y feliz, deja de «criar» a tu pareja y empieza a vivir con ella.