Cómo no repetir los errores de nuestros padres al criar a nuestros hijos

Errores que cometen los padres

¿Recuerdas los momentos en que tu madre te regañó duramente y prometiste que nunca le harías eso a tu hijo? Y, sin embargo, algunos años después finalmente lo hiciste.

Esto sucede todo el tiempo en nuestras vidas, porque la influencia de nuestros padres es extremadamente fuerte. Todas nuestras interacciones emocionales se basan en esos primeros patrones que aprendimos de nuestra familia.

Ellos fueron los que moldearon en mayor o menor grado todas nuestras relaciones futuras y se convirtieron en nuestra zona de confort familiar.

Por eso es importante que te conozcas a fondo y seas consciente de tus patrones familiares. Porque son esos comportamientos que aprendes de niño los que se han transferido a tu propia crianza.

¿Cómo romper el patrón familiar de la educación?

Lo que aprendimos de nuestros padres, queriendo o sin quererlo, puede ser cambiado si empezamos un trabajo de toma de conciencia y cambio. Esto no necesariamente se trata de buscar culpables ni condenar a nadie, simplemente se trata de encontrar el punto de crianza y educación que favorezca mejor a nuestros hijos.

Toma conciencia

Reconoce los patrones de crianza que repites desde tu niñez. Luego incorpóralos a tu esfera de control: tú mismo. De esta manera, no estarás tentado a simplemente reaccionar, sino a superar tu impulso de repetir los viejos patrones y elegir un comportamiento nuevo y más apropiado.

Nunca tomes el mal comportamiento del niño como algo personal

Si te sientes muy irritado con el comportamiento de tu hijo, proyecta tus propios sentimientos en la situación. Intenta distinguir los hechos de tu historia personal a través de un diálogo interno. De esta manera, tu atención se centrará en el evento, donde pertenece.

Guía a tus hijos

Es importante que los padres estén al tanto de las etapas de desarrollo por las que atraviesa su hijo para que puedan influir en ellos positivamente.

Por ejemplo, un bebé no tiene un buen sentido del espacio o del tiempo, por lo que cualquier castigo que dure más de unos pocos minutos es completamente inútil. El niño pequeño no solo no recordará lo que hizo, sino que también se sentirá irritado por la razón equivocada.

Es importante tener un enfoque proporcional a la edad del niño y a sus características, para aplicar en cada caso y edad, los ajustes necesarios, esto a su vez funciona como un ejemplo para que ellos, en su futuro, también sepan guiar mejora sus propios hijos.

Ten en cuenta las necesidades especiales del niño

No existe una única forma correcta de criar a un niño que se adapte a todo y a todos. Si tu hijo tiene una discapacidad de aprendizaje, es necesario ajustar su modelo de crianza. Por ejemplo, si el niño es hiperactivo, tiene dificultad para concentrarse, es importante ser la mano firme que lo guíe y lo lleve de regreso al trabajo que debe hacer, pero no de manera autoritaria y manipuladora.

Lo que importa es el castigo y la razón dada

Si tu hijo es restringido o severamente castigado y por mucho tiempo, olvidará lo que provocó el castigo, pero recordará por mucho tiempo la amargura que le dejó. Esto es contraproducente, ya que no terminas enseñando un nuevo comportamiento, sino creando un nuevo problema.

Además, un niño pequeño que es severamente castigado, o por mucho tiempo, tomará personalmente este tipo de agresión y sentirá que algo anda mal con él, que es una «mala persona». Recuerda que no puedes influir en su comportamiento causándole vergüenza o miedo. Y ten cuidado de no hacer nada que no puedas recuperar.