Un buen padre no evita a su hijo, sino que trata de acercarlo

Un buen padre se acerca a su hijo

No hay oficio más importante y difícil que ser padre, no es algo que sabemos hacer desde el comienzo, y tampoco hay un manual con un paso a paso, ya que la paternidad también depende de la familia en su contexto general y del niño.

Uno de los principales problemas que ocurren, en la relación padre e hijo, es cuando los padres alejan a sus hijos, sin quererlo o queriéndolo, pero los hacen sentir que es mejor no acercarse, que está bien guardar siempre distancia.

Esta carencia de cercanía entre padres e hijos afecta al niño, lo hace sentir que lo que le sucede a él no es realmente importante para su padre, y tampoco sabe cómo confiar en él.

Reglas de un padre que está cerca de sus hijos

A continuación se presentan una serie de estrategias que suelen tener los padres que, en vez de alejar a sus hijos, se muestran disponibles y los acercan.

No degrada la responsabilidad parental a la madre

Un buen padre apoya a su pareja en sus responsabilidades. Esta importancia que se le da a la relación de los padres comienza cuando la madre está embarazada. Aprender a cambiar pañales, bañar al bebé y darle biberón para reducir la carga de la madre es una parte esencial de cómo ser un buen padre para un recién nacido.

Sabe poner límites sin separar al niño

Un buen padre ama a sus hijos, pero sabe cómo poner límites. Reprocha el mal comportamiento con el poder de sus palabras y no de sus manos. No menosprecia ni ridiculiza a sus hijos, sino que los respeta y les muestra el camino correcto.

Un buen padre tampoco recompensa constantemente lo que se espera, por ejemplo, el niño que recogió sus juguetes o que leyó sus lecciones. Ayuda a su hijo a establecer metas y recompensa el esfuerzo por lograr la meta.

Permite que cometan errores

Un buen papá reconoce que los errores son humanos y que los niños cometen errores porque eso es parte de su desarrollo. El buen papá pone los límites, sabe qué tolerar y qué frenar. Pero siempre se reduce al hecho de que la irresponsabilidad y el mal comportamiento repetitivo no son tolerables.

Es de mente abierta

El buen padre se da cuenta de que el cambio es parte de la evolución humana: los gustos, los deseos, las propias personas cambian con el tiempo. Entiende, aunque no esté de acuerdo, que ciertos comportamientos, como querer llevar el cabello teñido, los aretes, etc, son nuevas exploraciones que su hijo quiere probar.

Dedica tiempo de calidad a sus hijos

Un buen padre sabe dedicar tiempo de calidad a sus hijos, en cada edad y etapa de su desarrollo: desde los mimos, las canciones de cuna y el tapping en la infancia, hasta los juegos, deportes, películas, pero también su presencia en la escuela o eventos deportivos para niños. Ayuda en las lecciones y empuja al niño a usar su tiempo correctamente. También dedica tiempo a la comunicación: primero escucha al niño y luego discute los temas que le preocupan.

Estas características son muy generales, cada familia, cada pareja y cada relación con un hijo es diferente, es imposible determinar quién es y quien no es un mal padre. Es conveniente centrarnos en la calidad del tiempo que le damos a nuestros hijos, tanto como padres o como madres, y saber que siempre estaremos aprendiendo a ser mejores padres, no es algo con lo que se nace, y si amas y quieres que tu hijo alcance su máximo potencial, sea saludable y feliz, podrás mejorar cada día para apoyarlo en ello.