7 maneras de aceptarte y sentirte bien contigo mismo

Hombre tratando de vivir una buena vida dejando de pretender ser perfecto

Al tratar de ser impecable y hacer todo perfectamente, te estás preparando para la desilusión y el odio hacia ti mismo.

Aceparte como eres es un ejercicio que requiere confianza y consciencia sobre la realidad, si tu mente viaja mucho, y tus anhelos de perfección cada vez se elevan más, será difícil aceptarte y dejarte ser, con tus imperfecciones y talentos.

En su lugar, deberías buscar un estándar más realista. Pregúntate qué sería lo suficientemente bueno. Considera que tal vez lo que has hecho es lo suficientemente bueno ya.

Recuerda que muchas veces los escenarios u opciones «óptimos» son tan buenos o casi tan buenos como lo que estás tratando de lograr al sobrecargar o invertir todo lo que tienes con la esperanza de ser perfecto. La mayoría de las veces, menos que perfecto es suficiente.

1. Todos tenemos fortalezas y debilidades

Debes recordar algo básico, pero muy importante: que todos somos humanos. Los humanos son imperfectos Eres un humano, por lo tanto eres imperfecto. Y eso está bien, siempre y cuando te estés moviendo en la dirección adecuada para corregirte, crecer y mejorar.

Si bien puedes tender a concentrarte demasiado en tus defectos y deficiencias, es importante conocer y recordar tus buenas cualidades. Escríbelos y piensa en ellas. No dejes que tus defectos nieguen todas tus fortalezas y virtudes.

También recuerda que la vida no es un concurso. En lugar de compararte con los demás, trata de ser una persona mejor, más sana y más feliz de lo que eras hace un año, seis meses o incluso una semana.

2.  ¿Eliges o lo haces por obligación?

Muchas personas viven en un mundo de las obligaciones y deberes. Por lo tanto, sienten una presión constante para hacer cosas y no sienten suficiente motivación natural e interna. Este es un remanente de ser controlado como un niño.

Como adulto, a menos que alguien realmente te amenace o te obligue a hacer algo, no tienes que hacer nada. Estás eligiendo hacer o no hacer cosas. Sí, esto no significa que todas tus elecciones sean agradables, iguales o conduzcan a resultados maravillosos, pero puedes elegir de todos modos. Al darte cuenta de que puedes tomar decisiones, puedes reducir significativamente la ansiedad.

Muchas personas consiguen estar menos ansiosas y abrumadas por un simple cambio de su diálogo interno: Modificar el tengo qué o debería hacer tal cosa, por un elijo hacerlo.

Sí, no resolverá inmediatamente el problema subyacente arraigado en tu infancia, pero es un buen comienzo que deberías probar.

3. No estás solo con estos problemas

Primero, todos tienen problemas. En segundo lugar, es probable que tus problemas no sean únicos, incluso si a veces sientes que eres el único que tiene que atravesar toda esta situación abrumadora.

No eres la única persona que lucha con esto. Está bien. Puedes aprender a lidiar con tus problemas, incluso si por el momento parecen insoportables o interminables. Si es necesario, busca ayuda, no hay vergüenza en eso.

4. Está bien cuidarte

Puedes intentar ser cada día mejor en lo que haces, superarte y valorar cada logro, ser amable y bondados con los demás, pero también debes aprender a decir no cuando te sientas incómodo o tenga demasiados problemas.

No estás obligado a ayudar o salvar a todos. Recuerda que al cuidarte y establecer límites más saludables no estás siendo malo o cruel.

5. Reduce la velocidad

Mucha gente vive una vida muy rápida, ocupada o, por lo demás, inconsciente, donde no se detienen a evaluar sus creencias, acciones y emociones. Viven en piloto automático, o en un estado semiconsciente. Muchos se sienten crónicamente cansados, tanto física como mentalmente.

Detenerse, tomar un descanso, salir un poco de los pensamientos rumiantes y detener los pensamientos saboteadores es saludable.

Debes preguntarte: ¿por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo? ¿cómo me siento? ¿a dónde voy? ¿qué quiero? ¿qué valoro? ¿cuáles son mis objetivos?

Si sientes que estás haciendo demasiado, haz menos. No puedes y no tienes que hacer todo. Debes aprender a priorizar.

6. Descansa bien

Es tan importante descansar como trabajar para lograr tus objetivos. O para decirlo de otra manera, el descanso es una parte inseparable de tu vida. Y si quieres estar saludable y feliz, tomar un descanso adecuado para revitalizar no solo es correcto sino también vital.

Esfuérzate por vivir más conscientemente y disfruta más el momento, dándole espacio a tus descansos y pausas y respetando tu propio ritmo.

7. Está bien divertirse y sentir alegría

Las personas con tendencias perfeccionistas a menudo se centran demasiado en los resultados, la eficiencia, el trabajo, la productividad, etc. Y aunque estas cosas obviamente tienen su valor, a menudo no dan como resultado lo que realmente queremos, que es la satisfacción y la felicidad.

Entonces, pregúntate si estás realmente feliz. Pregúntate dónde te ves en 10 años. ¿Qué hay de 20? Pregúntate cómo te sentirías si continúas con tu vida tal como es ahora hasta el día de tu muerte. Si no te gusta la respuesta, cambia algo. Es tu vida y solo tuya, no estás viviendo la vida de nadie más.

Mientras tanto, está bien no ser productivo todo el tiempo. La vida no se trata de resultados. La felicidad no se trata de cantidad y números más grandes. Haz algo divertido de vez en cuando. Preferiblemente más de una vez cada tanto.

Reírse, amar, llorar, cantar, correr bajo la lluvia, viajar, hablar con extraños, probar cosas nuevas, visitar nuevos lugares, conocer gente nueva, tomar siestas, ir a la naturaleza … Está bien disfrutar de tu vida.

Y tal vez, sólo tal vez, eso sea lo suficientemente bueno. Tal vez tu vida sea lo suficientemente buena. Tal vez todo está bien. Quizás puedas soportarlo. Quizás estés bien, incluso si no todo es perfecto.

2 comentarios